Había Una VezMuestra
TODO COMIENZA AQUÍ
¿Quién soy?
Desde muy pequeños, la cultura que nos rodea, nuestra propia familia, nuestros amigos, casi todos nosotros en realidad, parecemos estar programados a responder esta pregunta así: Soy _____, tengo ______, y estoy en el colegio; me gusta jugar fútbol, me gusta cantar, soy bueno pintando, soy tímida, soy tal, tal, tal… Pero, si estuviéramos en una situación en la que realmente tuviéramos que responder esa pregunta lo más probable es que sintamos confusión o falta de claridad.
En la Biblia vemos la historia de Daniel y sus 3 amigos, Ananías, Misael, y Azarías. O tal vez los reconozcas por sus otros nombres: Beltsasar, Sadrac, Mesac y Abednego; son las mismas personas. Y así como a nosotros nos ha pasado, a ellos también trataron de quitarles su nombre original. En ese tiempo, el rey Nabucodonosor, solicitó que estos 4 jóvenes judíos sean traídos como esclavos y así, él podría entrenarlos y educarlos con una cultura distinta a la de ellos. Ellos eran judíos, así que el primer paso era destruir su identidad, quiénes eran. Por eso, el rey decidió cambiar sus nombres por nombres babilónicos.
Y esto es lo que pasa en nuestras vidas constantemente. Tenemos un enemigo que trata de atacar nuestra verdadera identidad con mentiras, e intenta formar nuestra identidad con otros nombres. Lo hace de maneras sutiles y a través de las influencias que menos esperas.
Tal vez el colegio no está siendo la mejor etapa de tu vida, tal vez te llenan de nombres o incluso insultos, y aunque sabes que no es cierto has comenzado a creerlos. El mundo cada vez tiene más nombres para todo (las redes sociales son un gran ejemplo de esto, ya que a través de ellas intentamos “ser alguien” aunque ese alguien no siempre refleja quienes somos en verdad).
El mundo mide nuestro valor como personas en base a cómo nos vemos, qué ropa nos ponemos, qué tenemos y qué hacemos. Pero Dios no es así.
La Biblia dice que Dios nos amó y nos eligió aun antes de formar el mundo, que decidió adoptarnos como sus hijos y acercarnos a él por medio de Jesús. Aun antes de que nacieras y pensaras que tenías que hacer algo para ser alguien, Dios ya había definido tu identidad, ya eras alguien, eras y eres un hijo de Dios. (Leer Efesios 1:4-5)
Recuerda que nunca sabrás quién eres si no sabes quién es Dios. Eres un hijo de Dios, y él te invita a descubrir cómo se ve esto en tu vida y qué significa ser un hijo de Dios. Saber quién eres no es algo que descubres al final de tu vida, es algo que descubres para empezar a vivir.
Hoy te animo a identificar qué nombres estás permitiendo que definan tu vida, y que comiences a responder a la invitación de descubrir lo que significa ser un hijo de Dios.
Escrituras
Acerca de este Plan
Saber quién eres no es algo que descubres al final de tu vida, es algo que descubres para empezar a vivir. A través de estos 4 días aprenderemos que somos hijos de Dios, y el valor que tenemos por serlo.
More
Nos gustaría agradecer a caminodevida por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.caminodevida.com