Un Matrimonio Rendido a CristoMuestra

Cristo y la Iglesia - El Matrimonio

El Padre y Cristo son uno solo; Cristo y la Iglesia son uno solo; como también en el matrimonio el esposo y la esposa deben ser uno solo con Él y con el Padre. Uno en un mismo sentir, en una misma esencia, en una misma semejanza, en un mismo propósito, en un mismo mover, en un mismo fluir, en un mismo acuerdo.

Cristo entregó su vida por la Iglesia para limpiarla y santificarla, purificándola mediante la Palabra de Dios, y de esta forma, poder presentarla ante Él sin mancha. Así mismo, el esposo tiene el deber de purificar a su esposa a través de la Palabra impartida, modelada y testificada en Cristo Jesús, quien es su cabeza, a quien debe estar sometido para ejercer idonéamente la autoridad y el liderazgo que le ha sido delegado para gobernar a su esposa y su hogar.

Como podemos observar, el matrimonio tiene su fundamento en la relación que hay entre Cristo y la Iglesia; entendiendo que el esposo es quien representa la sabiduría, el poder y la autoridad de Cristo dentro del matrimonio, dentro de la familia. Ese es el orden de Dios: Él es la cabeza de Cristo, Cristo es la cabeza del esposo y el esposo es la cabeza de la esposa, la cabeza del hogar. (1 Corintios 11:3) ¿Fácil de comprender cierto? Está clarísimo que en un matrimonio hay un líder, hay una cabeza, hay un gobernante, "Cristo Jesús", quien manifiesta la voluntad del Padre a través de su Espíritu revelado y, al mismo tiempo, se manifiesta en el esposo que si se somete y le obedece a Él.

¿Dónde queda la esposa? Ahí está, jugando un papel sumamente valioso dentro del hogar; el de ser ayuda idónea para honra de su esposo por amor y para honra al mismo tiempo del Sumo Sacerdote quien rige su vida "Cristo Jesús". 

Cristo es quien debe regir el hogar a través de la autoridad delegada al esposo, además del apoyo que la esposa ofrece también en concordancia a la obediencia de la Palabra de Dios, en la medida en que se somete a su esposo para gloria del Padre, en Cristo Jesús, y para honra de su esposo y edificación de la Iglesia. Así, juntos en el mismo sentir y con la misma motivación, "Cristo Jesús", podrán avanzar en los propósitos que Dios ha establecido para la vida en matrimonio.