Recibiendo La PalabraMuestra

La Palabra no puede venir a sus labios y salir de su boca hasta que esté primero dentro de usted, o en su mente. En Proverbios 22:17-18, leemos este consejo:

“Inclina tu oído y escucha las palabras de los sabios, y aplica tu mente a mi conocimiento; para ello será agradable si las guardas dentro de ti, para que estén listas en tus labios."

Entonces el escritor dice: "Hoy te he enseñado ... ¿No te he escrito cosas excelentes de consejos y conocimientos?" (Proverbios 22:19-20).

Él está diciendo: "Escribí lo que necesitas, pero debes mantenerlo dentro de ti". Si cooperas con el Espíritu trabajando para memorizar las Escrituras, Él puede poner en tu mente lo que necesita venir a tu boca cuando te enfrentas a circunstancias difíciles y dificultades.

Puedes estar diciendo: "Tony, no me conoces. No soy bueno para memorizar cosas ".  Conozco chicos que pueden recordar a cada jugador de cada equipo de la NFL y en qué universidad jugaron antes de convertirse en profesional. Y conozco gente que puede citar líneas de todo tipo de películas. Si puedes memorizar estas cosas triviales, puedes memorizar las palabras que dan vida a las personas.

Para la mayoría de nosotros, el verdadero problema es que no tenemos ganas de memorizar la Biblia. Supongamos que te ofrecen diez mil dólares por cada versículo que memorizas. Te convertirías en el campeón mundial de la Biblia de la memoria. Esos diez mil dólares le darían células cerebrales que nunca supiste que tenías. ¿Por qué? La recompensa valdría la pena el esfuerzo.

El profeta Ezequiel dice que cuando Dios le dijo que comiera el rollo que contenía Su Palabra a Israel, era dulce como la miel en la boca de Ezequiel (Ezequiel 3:1-3). Fue bueno al gusto. Valió el esfuerzo. Solo sabes si algo vale la pena el esfuerzo cuando te esfuerzas por averiguarlo.