Recibiendo La PalabraMuestra

Memoriza La Palabra.

Otra forma de leer la Palabra es memorizarla. El salmista dice en el Salmo 119:11,

"Tu palabra he atesorado en mi corazón".

No hay mejor ejercicio que memorizar las Escrituras. Si nunca lo has hecho antes, comienza con un verso a la semana. Al final de un año, tendrás cincuenta y dos versos en tu banco de memoria.

El propósito de memorizar las Escrituras no es que puedas ganar un concurso o un premio. La preocupación de Dios es que tengas la Palabra en tu corazón para que la tengas al alcance para usar en cualquier situación.

¿Por qué es tan importante? Porque la Palabra de Dios es “la espada del Espíritu” (Efesios 6:17).

Es la Palabra que el Espíritu Santo usa para ayudarte cuando vienen tiempos difíciles. Pero si no tienes la Palabra en su corazón y mente, el Espíritu Santo no tiene espada para sacar y blandir.

El mejor ejemplo del valor de conocer las Escrituras es Jesús en el desierto siendo tentado por el diablo (Mateo 4:1-11). Jesús respondió a Satanás cada vez: "Escrito está". Jesús no abrió una copia del Antiguo Testamento y le mostró a Satanás el versículo. Simplemente respondió de lo que estaba en Su corazón.

No puedo decirte cuántas veces Dios ha traído Su Palabra a mi mente para mostrarme de qué manera debería proceder. Esa es la forma en la que obra el Espíritu Santo. Él ilumina nuestras mentes con la Palabra para que podamos ver lo que debemos hacer. Pero primero debemos ser diligentes para poner la Palabra en nuestra mente.