El Corazón De OracíonMuestra

La Oración del Señor

Por Danny Saavedra

“Por eso ustedes deben orar así: “Padre Nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos nuestros deudores. No nos metas en tentación, sino líbranos del mal.” Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén.”—Matthew 6:9-13 (RVC)

¿Alguna vez ha tenido problemas para escribir un correo electrónico o una carta? ¿Qué tal organizar tu hoja de vida? ¡Yo sé que tengo! Y en esos momentos, me he encontrado buscando ayuda en forma de plantilla. Y una vez que encuentre la mejor plantilla, entonces me apropio de esa plantilla reemplazando su contenido con mi propia información. Las plantillas son muy útiles porque nos dan un modelo y un método para construir nuestra propia versión de algo.

En Mateo 5–7, Jesús esencialmente nos está dando una plantilla para vivir el reino en la tierra. Él nos está dando un modelo paso a paso para cómo honrar a Dios e interactuar con otros de una manera que atrae a otros hacia Dios. Y uno de los aspectos de la vida que Jesús cubre es la oración. Hoy, llamamos a esto la Oración del Señor. Es uno de los pasajes más conocidos de las Escrituras. Me temo, sin embargo, que la intención de Jesús se ha perdido en gran medida en muchas personas. Como ven, para muchos en todo el mundo, la oración del Señor se repite literalmente una y otra vez, día tras día, como la única interacción orante con Dios, a pesar del hecho de que justo antes de esto, Jesús dijo, “Y cuando oren, no usen repeticiones vanas como hacen los paganos. Porque ellos piensan que ellos serán escuchados por sus muchas palabras” (Mateo 6:7 RVR1960)

Como ven, Jesús no nos estaba dando un guion, sino una plantilla, un modelo y una filosofía para la oración. No dice “Esto, entonces, es lo que debes orar”, él dice, “Así, entonces, es como debes orar”. 

Entonces, ¿qué implica este modelo y por qué?

“Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. . . " 

En esta oración modelo, vemos que se nos permite dirigirnos a Dios de la manera más íntima: llamándolo nuestro Padre. Luego nos muestra que siempre debemos acercarnos a Dios con el respeto, el honor y la alabanza que sólo Él se merece. 

“Venga tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. . . " 

Aquí se nos muestra la importancia de poner los planes de Dios y el propósito de Dios para nuestras vidas por encima de los nuestros. ¿Por qué? Porque Su voluntad es mucho mejor para nosotros, mucho más grande que cualquier cosa que podamos soñar por nosotros mismos. 

"Danos hoy nuestro pan de cada día . . . " 

En la vida, puede que no siempre tengamos lo que queremos o queremos lo que tenemos, pero podemos estar seguros de que nuestro Señor siempre proporcionará todo lo que necesitamos. Al orar, reconocemos que todo lo que tenemos proviene de Él y que confiamos en Él para proveernos.

"Y perdónanos nuestras deudas, como también hemos perdonado a nuestros deudores ..."

Cuando recibimos a Jesús, todos nuestros pecados son perdonados, ahora y para siempre. Pero al igual que pedimos perdón a nuestros padres cuando nos equivocamos, sabiendo que nos aman y nos perdonarán, también traemos nuestros errores, nuestros pecados, nuestros fracasos ante Dios y pedimos su perdón al mismo tiempo que pedimos la habilidad de Cristo. Para perdonar a otros cuando pecan contra nosotros. 

“Y no nos metas en tentación, más líbranos del maligno. . . " 

Antes de terminar, Jesús nos animó a orar para que Dios nos protegiera del mal y la tentación. Esta es una solicitud de protección del Señor cuando encontramos vida en un mundo caído. 

“Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por los siglos de los siglos. Amén." 

Y Él nos muestra que debemos terminar nuestra oración glorificando a Dios nuevamente, reconociendo Su poder, soberanía y gloria sobre todo. 

Esta es una hermosa plantilla que Jesús nos proporcionó y que nos ayudará a aprovechar al máximo nuestro tiempo con el Señor en oración. Sin embargo, no todas las oraciones deben tener el mismo aspecto. Tu oración podría ser tan simple como: "¡Gracias, Dios!" o "Señor, por favor ayúdame a pasar hoy". O “Padre, ¿qué debo hacer? ¿Necesito tu guía? A medida que continúe creciendo en su relación y haga de la oración una parte regular de su vida, ¡hablar con Dios se volverá tan natural como respirar! En este plan, exploraremos algunas de las diferentes expresiones que la oración puede tomar en su vida. 

Pero independientemente de con quién estés orando, cuando estés orando, o por lo que estés orando, ¡que nunca nos alejemos del corazón de la oración que Jesús nos enseña en la Oración del Señor!