No Todo Sufrimiento Es Consecuencia De Haber PecadoMuestra

Él Te Dará la Victoria

No sé qué puedas estar viviendo en este momento; puede ser fruto de la desobediencia a Dios, puede ser una prueba o puede ser un ataque de satanás; incluso puede ser una combinación de todo. En cualquier caso, debes alzar la mirada hacia el cielo e invocar el socorro que viene del Señor. Él acudirá en tu ayuda, aunque muchos o todos te hayan abandonado, Él no lo hará. Mantente firme en la fe en Dios y en Jesús, nuestro Salvador; mantente firme en las promesas que te ha entregado, mantente firme en sus mandatos; no desistas de continuar esforzándote por agradarlo, no en la carne sino en el espíritu, Él no te dejará caer. 

No estás solo; eres hijo no extraño para Él; Él sabe lo que estás pasando, Él sabe lo que estás enfrentando, Él sabe incluso el por qué y el para qué. Confía, confía en su Palabra, aférrate a Él en oración, en clamor y ruego; no desfallezcas, no te dejes vencer, sigue en obediencia; sino, arrepiéntete y empieza a obedecer y sigue avanzando. Sea lo que sea que estés pasando busca la protección y el respaldo de nuestro Padre, dejando en sus manos todo lo que estás viviendo, Él se encargará. Él te dará la victoria.

"Padre, a veces nos sentimos sin fuerzas y acudimos a tu presencia tan débiles que ni siquiera palabras salen de nuestros labios. Cuánta necesidad tenemos de ti, de que el poder de tu Espíritu se avive cada vez más en nosotros y nos permitas de esta forma avanzar como valientes guerreros, y no sólo como valientes, sino como íntegros guerreros en favor del reino, de tus propósitos y de nosotros mismos acorde a lo que tienes preparado para entregarnos. 

Ayúdanos a ver el sufrimiento como una bendición, permítenos en medio del dolor reconocer tu gloria, tu amor y tu misericordia; permítenos reconocer tu dominio y tu autoridad sobre nosotros. No permitas que nuestra alma olvide ninguno de los beneficios que por gracia nos has concedido. ¡Levántanos y fortálecenos!

Señor, danos la victoria en medio del sufrimiento y permítenos celebrar tu grandeza, tu respaldo y tu fidelidad. Reprende al enemigo, sus planes perversos y toda opresión demoniaca; envía a los demonios que nos oprimen y toda hueste de maldad a prisiones de oscuridad y déjalos allí hasta el día de su juicio, donde serán arrojados al lado de fuego para destrucción; ten misericordia Señor, danos libertad y fortalécenos para seguir siendo testigos de tu poder y de tu grandeza. En el Nombre que hay sobre todo nombre, Cristo Jesús, amén". (Ver Judas 1:9).