Firmes Y ConstantesMuestra
Cuando conocemos a Jesús, nuestra vida cambia de manera radical. De pronto, las cosas toman un nuevo significado, y nuestra visión es transformada a un nivel que jamás imaginábamos siquiera que pudiera existir.
Algunos recuerdan el momento exacto en el que tuvieron ese precioso encuentro con el Salvador de nuestras almas. Otros, que desde pequeños asistieron a una comunidad cristiana, fueron encuentro tras encuentro, y no recuerdan el momento exacto de ese gran día. Pero sea como fuere, lo que sí es común a todos nosotros, es que nuestra vida es muy distinta cuando caminamos de la mano de Jesús.
Sin embargo, es bastante común, en medio de una vida ajetreada, de tareas pendientes, de compras, trabajo, planes, estudios, compromisos y eventos, perdemos de vista lo importante, por atender a lo urgente. ¿Y qué ocurre con el crecimiento espiritual que debería darse en nosotros? Se paraliza, distorsiona o ralentiza de algún modo. Entonces, atendemos a cosas que antes no nos molestaban, pero ahora ocupan el lugar principal en nuestra mente. Nos observamos más vulnerables, sensibles a lo externo, somos fácilmente influenciados hacia actitudes o filosofías que se desvían de la luz de la Palabra. Esto ocurre tan paulatinamente, que suele ser imperceptible al ojo humano. Pero ¡cuidado! Si no hay crecimiento, es que algo no anda como debería.
El crecimiento evidencia que hay una buena salud, y en nuestro espíritu ocurre exactamente eso. Si nos hemos estancado de algún modo, por las razones que sean, es el momento de retomar lo que Jesús sembró en nosotros, y regar la semilla para crecer al ciento por uno.
Pregúntate, ¿Cuánto hace desde la última vez que pasé tiempo de calidad con Jesús? ¿Recuerdo lo último que el Espíritu Santo habló a mi corazón? ¿Cuántas personas han sido impactadas por mi testimonio en el último año? ¿En qué fase está ese sueño o proyecto que surgió en un momento íntimo con Dios?
Acerca de este Plan
Firmes y Constantes es un devocional de la Iglesia Rey de Reyes. A lo largo de estos 7 días, podrás descubrir las claves para un crecimiento espiritual efectivo. La evidencia de una vida espiritualmente sana, es el crecimiento que se observa en ella, cuando no lo hay, se debe buscar la causa, y sanar el problema.
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