Alma y espíritu

Hasta partir el alma y el espíritu: El autor de Hebreos hace una distinción entre alma y espíritu, indicando que se puede hacer una división entre ellos.

• Ciertamente hay cierta distinción entre alma y espíritu. “El uso de la palabra pneuma en el Nuevo Testamento para referirse al espíritu humano se enfoca en el aspecto espiritual del hombre, es decir, su vida en relación con Dios, mientras que la palabra psyche se refiere a la vida del hombre independientemente de su experiencia espiritual, es decir, su vida en relación con él mismo, sus emociones y pensamiento. Hay una fuerte antítesis entre las dos en la teología de Pablo.” (Donald Guthrie)

• Pero el énfasis en este pasaje no es poner de manifiesto una teología sobre la diferencia entre alma y espíritu. “Los intentos de explicar [estos términos] sobre una base psicológica son inútiles. La forma de expresión es poética y significa que la palabra penetra hasta lo más recóndito de nuestro ser espiritual como una espada atraviesa las coyunturas y los tuétanos de nuestro cuerpo.” (Vincent)

• Sin embargo, es importante entender lo que la biblia quiere decir con los términos alma y espíritu. La biblia nos dice que las personas tienen una naturaleza “interior” y una “exterior” (Génesis 2:7, 2 de Corintios 4:16). El hombre interior es descrito por ambos términos: espíritu (Hechos 7:59, Mateo 26:41, Juan 4:23-24) y alma (1 Pedro 2:11, Hebreos 6:19, Hebreos 10:39). Estos dos términos se usan a menudo de la misma manera, como una referencia general al hombre interior. Pero este no es siempre el caso. A veces se hace una distinción entre alma y espíritu. Podemos decir que alma parece enfocarse más en la individualidad con respecto a la vida interior (con frecuencia es definida como la mente, la voluntad, y las emociones). El espíritu parece centrarse más en el contacto sobrenatural y poder en la vida interior.

• Que hay cierta distinción entre alma y espíritu es evidente en pasajes como 1 Tesalonicenses 5:23 y Hebreos 4:12. Pasajes como Job 7:11 e Isaías 26:9 nos muestran que a veces ambos términos se usan para referirse generalmente al hombre interior.

• Debido a que el alma y el espíritu se refieren al “hombre interior”, se confunden fácilmente. A menudo, una experiencia destinada a fortalecer el espíritu sólo “bendice” el alma. No hay nada de malo en la emoción y la bendición “anímicas”, pero no hay nada en ellas que nos edifique espiritualmente. Es por eso que muchos cristianos pasan de una experiencia emocionante a otra, pero nunca crecen realmente espiritualmente – el ministerio que reciben es “anímico”. Por eso la palabra de Dios es tan poderosa y precisa; puede traspasar hasta partir el alma y el espíritu, lo cual no es algo fácil de hacer.

• “Cuando el alma se distingue así del espíritu, con el primero se entiende la facultad inferior por la que pensamos y deseamos lo que concierne a nuestro ser y bienestar presentes. Por espíritu se entiende un poder superior mediante el cual preferimos las cosas futuras al presente.” (Adam Clarke)

• Los términos carne (Colosenses 2:5, Mateo 26:41, Gálatas 5:16-17) y cuerpo (Romanos 6:6, Romanos 8:13, 1 de Corintios 6:13 y 6:19-20) describen al hombre externo. Los términos carne y cuerpo también parecen incluir aspectos de nuestra persona tales como los sentidos y los hábitos. Cuando permitimos que la carne controle nuestros pensamientos y acciones, terminamos en la ruina espiritual. Dios quiere que seamos dirigidos por el espíritu, no por la carne ni por el alma.

Basado en el Comentario Bíblico Enduring Word de David Guzik.