El camino al ReinoMuestra
Teniendo oídos para oír
La forma más importante de traspasar las Escrituras, la historia y las tradiciones para la nación de Israel, era la transmisión oral. Dios habló de muchas formas y en muchas ocasiones a través de los profetas. Él desea un pueblo que escuche su voz y que viva de acuerdo a cada palabra que sale de su boca. Tener oídos para oír era sumamente importante en los tiempos de Jesús.
Cuando Él habla, es momento de escuchar y entender. La Biblia dice que el oír está relacionado con la fe y la fidelidad. "Tener oídos para oír" es una forma de invitar al oyente a tener un corazón y una mente abiertos a lo que se está por enseñar. En otras palabras, decir “el que tenga oídos, que oiga" es lo mismo que decir "¡Despierta y pon mucha atención!" Solo la percepción espiritual puede entender la revelación espiritual.
¿Cuántos se han perdido la oportunidad de ver actuar a Dios en sus vidas por no comprender lo que Él estaba haciendo? Se alejaron en lugar de abrir sus corazones y mentes. Insultaron, criticaron y defendieron su posición en lugar de cambiar. Es tiempo de ser hijos de la luz inteligentes, con oídos para oír. No podemos estar en la cultura y la política y pretender ocupar nuestro lugar en el Reino. Los cambios, los giros inesperados e incluso las crisis, pueden crear oportunidades únicas para el avance del Reino, impulsando estrategias creativas para la economía, los negocios, la política, la familia, la educación y el ministerio. Nos enfrentaremos a situaciones adversas que tendremos que explorar para aprovechar las oportunidades que ofrecen.
El Cuerpo de Cristo debe reconocer las oportunidades que se le presentan en medio de las crisis. Debemos ver y escuchar con un entendimiento renovado, y permitir que la adversidad nos lleve a crear nuevas estrategias para el avance del Reino. Dejemos que el Espíritu nos guie en nuestras expectativas y narrativas, para que nuestra mentalidad y cosmovisión estén alineadas con el Reino de Dios para nuestra generación.
Acerca de este Plan
Dios está despertando a su Iglesia y necesitamos ver el cuadro completo. Cuando los tiempos se pongan difíciles, nos sentiremos tentados a renunciar. Sin embargo, no es el momento de darse por vencido. Acompáñanos a aprender a entender los tiempos en que vivimos, así como a adquirir estrategias sobre cómo defender y hacer avanzar el Reino de Dios.
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