[Grandes Versos] Oxígeno Para Mi AlmaMuestra
Atesora la Palabra de Dios
El salmista se deleitó en la Palabra de Dios. Deleitarse en la Palabra de Dios es amarla, atesorarla, valorarla, considerarla invaluable. Lo notable es que la Biblia del salmista en ese momento era desde Génesis hasta Deuteronomio. Hoy en día tenemos mucho más para deleitarnos: Salmos, Isaías, Proverbios, Juan, Hechos, Romanos, Efesios y más.
En su extraordinario libro The Heavenly Man (El hombre celestial), el hermano Yun cuenta esta historia:
Después de su conversión cuando era joven, se enteró que existía la Biblia. No tenía una. No conocía a nadie que tuviera una. Las Biblias eran escasas en China en aquellos días. Tenía tanta hambre de la Biblia. Su madre había oído hablar de un anciano en otro pueblo que había sido pastor. Fueron a visitarlo. El viejo le dijo que orara por una Biblia. Así que, día tras día, se arrodilló con una oración sencilla: «Señor, por favor dame una Biblia. Amén». Después de un mes no pasó nada, así que volvió a la casa del anciano y esta vez el pastor le dijo que necesitaba ayunar y clamar por una Biblia. Así que, durante los siguientes 100 días, ayunó por la mañana y el mediodía, comió un poco por la noche, clamando en llanto y orando por una Biblia. Todavía no había una Biblia. Luego, una mañana a las 4 a.m., recibió una visión vívida en la que dos hombres le entregaban una Biblia. La visión era tan real que se levantó en medio de la noche y comenzó a buscar una Biblia en la casa. Al no encontrarla comenzó a llorar en voz alta y despertó a sus padres. Sus padres se apresuraron a ver lo que estaba mal y lloraron con él. Justo en ese momento desesperado, oyen un leve golpe en la puerta. Él responde y allí están dos extraños en la puerta, los mismos dos hombres que acababa de ver en su visión. Le entregan una bolsa que contiene una Biblia. En sus propias palabras, escribió: “Mi corazón se aceleró al abrir la bolsa y sostuve en mis manos mi propia Biblia! Los dos hombres partieron rápidamente en la oscuridad. Agarré mi nueva Biblia contra mi corazón y caí de rodillas fuera de la puerta. ¡Le di gracias a Dios una y otra vez! Le prometí a Jesús que a partir de ese momento devoraría su Palabra como un niño hambriento”. Eso es lo que significa atesorar la Palabra de Dios.
Escrituras
Acerca de este Plan
La Palabra de Dios es oxígeno para mi alma. Este plan de seis días pasa por el capítulo más largo del libro más extenso de la Biblia, Salmos 119. Todo el capítulo es una apasionada canción de amor en alabanza a las Escrituras. A través de este plan verás cómo la Palabra de Dios puede bendecir verdaderamente tu vida espiritual, emocional, mental y física.
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Nos gustaría agradecer a Jeff Wells en asociación con El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información de estas organizaciones, visita los siguientes enlaces http://www.jeffhwells.com y http://elcentronetwork.com