[Grandes Versos] Siete «Quien» Del Libro De Los SalmosMuestra

¿Quién es tu fuente de gozo?

Vida. Alegría. Placeres. Eso es lo que Dios quiere para ti. Ese es el tipo de Dios que es. No en pequeña medida, como tú crees. No, Dios quiere que experimentes la vida con toda su riqueza, gozo en toda su plenitud y placeres en toda su abundancia.

El Dios de la Biblia, el Dios de toda la creación, el Dios revelado en Jesucristo es la persona más feliz del universo y él también quiere felicidad para ti. Una felicidad profunda, perdurable y duradera, sin importar las circunstancias de la vida o las tormentas que te asalten. Él es el Dios que da vida, que expresa alegría y se deleita en el placer. De hecho, es el hedonista definitivo. Dios tiene que ver con la alegría, tanto la suya como la tuya.

El pastor y escritor John Ortberg comentó: 

El gozo está en el corazón del plan de Dios para los seres humanos. Vale la pena meditar en la razón de esto. El gozo está en el mismo corazón de Dios. Nunca entenderemos el significado del gozo en la vida humana hasta que comprendamos la importancia que tiene para Dios. Sospecho que la mayoría de nosotros subestimamos seriamente la capacidad de gozo que tiene Dios.

¿Ves a Dios así? ¿O has creído en la mentira de Satanás que Dios es un Scrooge cósmico y ha salido a buscarte? Ten cuidado con esa mentira. Puede arruinar tu vida y tu eternidad. Dios pretende llenarte de gozo. Él no busca gotear un poco de alegría en tu vida ni rociarte un poco de ella. No, él tiene como objetivo inundar tu alma con toda la alegría que puedas tener.

Cuanto más te acercas a Dios, más experimentas alegría y en cuanto más lejos vas de Dios, menos experimentas alegría. Porque el gozo, la verdadera alegría, el gozo profundo y duradero, solo se encuentra en Dios mismo. Se ha dicho bien que «la alegría es la señal más segura de la presencia de Dios». La presencia de Dios es la presencia de gozo. La ausencia de Dios es la ausencia de gozo. ¿Qué nos dice esto sobre nuestra vana búsqueda de la felicidad en otras cosas, en casas o coches, en dinero o inversiones, en carreras o jubilaciones, en matrimonio o niños, en deporte o aficiones, o en belleza o estado físico? ¿Se puede encontrar alegría allí? No es posible. Solo si nosotros primero encontramos nuestro deleite en Dios podemos encontrar alguna delicia real en los dones de Dios. C.S. Lewis nos enseñó: «Dios no puede darnos felicidad y paz aparte de sí mismo, porque no está allí. No existe tal cosa».

Te lo pregunto de nuevo, ¿ves a tu Dios así? ¿Lo ves como el Dios que disfruta el gozo, dador de gozo y lleno de gozo, como Aquel que anhela llenarte de gozo? ¿Lo ves como la única fuente de felicidad real en el universo? Mira de esta manera a tu Dios.