[Grandes versos] El Salón de la FeMuestra

La vida de fe de Abraham

«Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba».

Abraham hace lo imposible. Sale de su hogar ancestral, de su pueblo, de su ciudad y de todo lo que conoce, y hace un largo y peligroso viaje, sin saber dónde terminará o si llegará. En el mundo antiguo, la gente no hacía este tipo de cosas.

Abraham lo hizo por una sencilla razón: fe. Confió lo suficiente en Dios como para obedecer. Él creía que Dios era Dios y que, si Dios le decía que se fuera, entonces irse era lo mejor que podía hacer. ¿Cómo será la vida de fe para nosotros? Esto es lo que vemos en la vida de Abraham:

1. La gente de fe se arriesga. La fe invariablemente implica riesgo, lo invisible y lo desconocido. Si pasamos por la vida actuando seguros, estando cómodos y placenteros, sin llegar al límite, entonces no vivimos por fe. Por ejemplo, dar el 10 por ciento de tus ingresos es un acto de fe. ¿Tendré suficiente si hago eso? Parece una locura, podrías pensar. La gente de fe no le juega a la segura. Viven una aventura, confían en Dios para protegerlos y guiarlos.

2. Las personas de fe obedecen a Dios pase lo que pase. Puede que no comprendamos por qué debemos obedecer. Abraham no entendía por qué tenía que irse, qué haría Dios o cómo Dios cuidaría de él, pero obedeció. El entendimiento puede esperar, pero no la obediencia. La fe obedece a Dios pase lo que pase. ¿Hay algo en tu vida en este momento en el que necesites obedecer, aunque no lo entiendas todo?

3. Las personas de fe no son inmunes a los problemas. Dios prometió hacer de Abraham una gran nación y darle tantos descendientes como las estrellas en el cielo. ¿Pero cuánto tiempo esperó Abraham por un hijo? Veinticinco años. Veinticinco interminables años. Espero que no tengas que esperar veinticinco años por lo que sea que estás esperando, pero a todos nos toca esperar. Vivir por fe no significa la exención de problemas; simplemente significa que tenemos al mayor Solucionador de problemas dentro de nosotros.

4. Las personas de fe confían en Dios en lo imposible. Es imposible para una pareja tener un hijo cuando una mujer tiene noventa años. Pero a Dios le encanta ponernos en situaciones imposibles para que no tengamos otra opción más que confiar en él, porque si hay alguna otra opción, nos inclinamos a tomarla. ¿Cuál es la mayor necesidad de tu vida en este momento? ¿Te parece imposible? Si es así, recuerda las palabras de Dios a Sara: «¿Hay para Dios alguna cosa difícil?» (Gn. 18:14).