[Grandes Versos] Beneficio De Ser Justificado Por FeMuestra

El amor de Dios se derrama en nuestros corazones

Y la esperanza no nos avergüenza, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que se nos ha dado. 

El Espíritu Santo hace muchas cosas por nosotros. Él nos sella, mora en nosotros, nos bautiza, nos llena, nos enseña, nos consuela, nos convence de pecado, nos guía, nos empodera y más. Pero uno de los más importantes de todos los ministerios del Espíritu Santo se encuentra en Romanos 5:5 que dice: «Vierte el amor de Dios en nuestros corazones».

¿Qué tan vital es este ministerio? Si no nos sentimos amados por Dios, entonces en respuesta no amaremos plenamente a Dios o no confiaremos plenamente en él, lo disfrutaremos, lo adoraremos, lo obedeceremos y descansaremos en él.

Toda nuestra vida espiritual depende de si experimentamos el amor que Dios tiene por nosotros. Esto es lo que el Espíritu hace por nosotros: Él nos revela cuánto nos ama el Padre. Él no derrama el amor de Dios cuando hemos sido buenos, obedientes, devotos, disciplinados o porque hemos tenido nuestro tiempo devocional. No nos ganamos el amor de Dios. Más bien, el Espíritu derrama el amor del Padre simplemente porque esta es la naturaleza del Espíritu: verter el amor del Padre en nuestro corazón.

Pablo elige una palabra fuerte: Verter. «Tiene la sensación de una llenura inicial que sigue siendo una permanente inundación», dice John Stott. «Es como un estallido de nubes en un campo seco», afirma James Dunn. Es una tormenta de nubes que deja el suelo permanentemente empapado en el amor de Dios.

Recibe de nuevo el amor del Padre. «¡Oh Espíritu, derrama el amor del Padre de nuevo en mi corazón!».