[Grandes Versos] Beneficio De Ser Justificado Por FeMuestra

Podemos alegrarnos cuando sufrimos

No solo eso, sino que nos regocijamos en nuestros sufrimientos. 

Dios te está diciendo: «Regocíjate cuando sufras». Eso puede sonar loco, pero eso es lo que Dios te llama a hacer. Regocíjate cuando experimentes un contratiempo, una decepción, un dolor. Regocíjate cuando tengas problemas con el auto o se dañe el refrigerador. Regocíjate cuando tengas dolor de espalda, cuando escuches el diagnóstico de cáncer, así como cuando pierdas a un familiar.

Regocíjate, no por esas cosas, sino en esas cosas. Regocíjate. Elige regocijarte, dar alabanzas, dar gracias. No te quejes, reclames ni protestes. No grites: ¿Cómo podría Dios hacerme esto? Más bien, elige gozarte en ello.

Déjame preguntarte: ¿Haces esto? ¿Cuál es tu mayor carga en este momento? ¿Te regocijas con ese sufrimiento? Es lo que hacen las personas de fe. En Hechos 16, cuando Pablo y Silas fueron golpeados y encarcelados, cantaban y alababan a Dios. Eso es regocijo en el sufrimiento.

Cuando Aleksandr Solzhenitsyn estuvo ocho años en una prisión soviética de la GULAG, perdió a sus padres y su esposa se divorció de él. Sin embargo, en el calvario de la prisión, Dios tocó su corazón y atrajo a Solzhenitsyn. Solzhenitsyn escribió más tarde: «Así que bendícete, prisión, por haber estado en mi vida». Eligió regocijarse.

¿Pero por qué? ¿Por qué nos regocijamos? Básicamente, porque Dios lo dice y porque es Dios. Pero podemos decir más. Romanos 5:3 continúa con: «No solo eso, sino que nos regocijamos en nuestros sufrimientos, sabiendo que el sufrimiento produce paciencia, y la paciencia produce carácter, y el carácter produce esperanza» (Romanos 5:3-4). Dios utiliza estos sufrimientos, aunque sean dolorosos, para edificar nuestra fe, para dar forma a nuestras almas y para hacer crecer nuestro corazón. Los necesitamos.

Aquí hay una cita clásica de C.S. Lewis: «Dios nos susurra en nuestros placeres, habla en nuestra conciencia, pero grita en nuestro dolor. Es su megáfono para despertar un mundo sordo».

Así que regocíjate cuando sufras.