Aprendiendo a dominar la lenguaMuestra
La palabra dicha con gentileza: antídoto contra el furor y los conflictos
“La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor.” Proverbios 15:1 (RV60).
Muchas personas no son capaces de apercibirse o medir el impacto que tienen sus palabras; muchas personas no son conscientes de cómo utilizan sus palabras ni de las consecuencias que éstas generan. Y no se trata sólo de las palabras que se dicen, sino también del tono en que se expresan. Lo importante no es solo el contenido de lo que se dice, sino también la forma como se dice. Podemos ser francos sin ser rudos. La cortesía y la amabilidad no dependen de la sinceridad de nuestra comunicación, sino de la manera en que expresamos lo que decimos. Al respecto decía George Bernard Shaw: “En el tono correcto uno puede decir cualquier cosa. En el tono equivocado uno no puede decir nada. La parte delicada es seleccionar el tono”.
Busque la palabra adecuada y exprésela en el tono adecuado
No siempre es fácil encontrar en las múltiples situaciones interpersonales que vivimos, sobre todo en el ámbito social, las palabras justas y atinadas, dichas en el contexto adecuado, y con la carga emocional requerida. La sabiduría está en aprender a expresar nuestras emociones y opiniones en el tono correcto, con la intensidad idónea, y en el momento y lugar preciso.
De modo que adquirir la pericia para expresar a nuestro interlocutor de turno, palabras con prudencia, respeto, empatía, amabilidad y cortesía, es una habilidad que requiere ser construida. Toma tiempo y práctica aprender a ser amable; y requiere también intencionalidad y disposición. Y, sobre todo, requiere asistencia divina.
Es necesario, según el rey Salomón, no sólo usar las palabras precisas, acertadas y bien hilvanadas, sino ser acompañadas también con una actitud amable y cortés.
Los que han adquirido sabiduría han aprendido que las palabras con que se expresan, tienen un fortísimo impacto sobre la vida de las personas que les rodean. Así las palabras ásperas o cargadas de crítica lastiman a otros o los pone a la defensiva, mientras que las palabras dichas con consideración, amor y respeto, nutren y edifican a otros. El rey salomón enfatiza que “La palabra amable es árbol de vida; la palabra perversa destruye el espíritu.” Proverbios 15:4 (RV60). La palabra amable se refiere al hablar recto, al hablar para edificación. Este tipo de hablar trae sanidad, es árbol de vida. “Panal de miel son los dichos suaves; Suavidad al alma y medicina para los huesos.” Proverbios 16:24 (RV60). Por el contrario, la perversidad de la lengua se refiere al hablar malicioso, con mentiras; al hablar que denigra e insulta. Este tipo de hablar trae quebrantamiento de espíritu, vale decir, acarrea dolor y aflicción.
Escrituras
Acerca de este Plan
La manera en que manejamos la lengua es un gran indicador de cómo están nuestros corazones ante Dios. La Biblia enfatiza en que lo que decimos es una indicación precisa de lo que hay en nuestro corazón. Si escuchamos con atención las palabras de una persona, podemos también escuchar lo que hay en su corazón.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/