¿Quién Da Tanto Por Tan Poco? Muestra
Como perro en su casa
Muchas veces pensamos en la cruz solamente como un acto histórico, como un acto que fue para un determinado tiempo y ahora no tiene relevancia. Pero si entendiéramos que la cruz nos da beneficios que podemos disfrutar hoy, esto cambiaría el panorama completamente. La cruz siempre fue necesaria y es necesaria hoy.
¿Tienes algún amigo que cada vez que va a tu casa entra hasta la cocina, abre el refrigerador y come toda tu comida? O quizás tienes una mascota, perro o gato que tiene la confianza de subirse a tu cama o incluso encima tuyo. Y por otro lado, tenemos la situación opuesta. Todos alguna vez hemos ido a la casa de alguien con quien no teníamos la misma confianza ni nos sentíamos tan cómodos.
El primer escenario es un acceso total y el otro es más parecido a un acceso restringido.
Y esto es lo que la cruz nos da hoy, esto es lo que Jesús nos ofrece: un acceso total. Pero a veces, nuestra relación con ello es más parecida a la situación incómoda donde no hay confianza. Seguimos creyendo que debemos pedir permiso para tener acceso a todo lo que ya nos fue dado. Y lo más triste, es que tratamos de impresionar a Dios o a los demás con nuestras acciones para merecer todo lo que ya es nuestro.
Es como si llegaras a tu propia casa, y cuando la comida está lista tuvieras que pedir permiso para sentarte en la mesa, comer o en fin, para tener acceso a los beneficios que te da ser miembro de la familia. No tiene sentido, ¿verdad?
Jesús al morir en la cruz por nosotros nos dio el derecho de ser llamados hijos de Dios; es decir, su casa también es tu casa. Puedes sentarte a su mesa con él, puedes disfrutar de la comida que él te ofrece, puedes saber que llegarás a casa con Dios y encontrarás un hogar, paz, descanso y mucho más.
¿Recuerdas la historia del hijo pródigo? (Lee Lucas 15:11-32) La reacción del padre al verlo llegar. Corrió hacia él, lo abrazó, le devolvió su lugar y todos los beneficios de ser el hijo del dueño de la casa. Mandó a preparar la mejor comida para él, y lo vistió con la mejor ropa.
Esto es lo mismo que Dios hace con nosotros hoy. Su gracia nos da acceso total.
Por eso, seamos como “el perro en su casa”, entremos a donde queramos, cuando queramos y tomemos todo lo que necesitemos. Si quieres estar descalzo, solo hazlo, quítate los zapatos. Si necesitas agua, tómala; si necesitas descanso, estás en el lugar correcto. Toma todo lo que necesites del Padre, él no te lo negará.
Recuerda que ahora, por la gracia de Dios, eres llamado hijo, tienes acceso total al Padre y tienes un propósito aquí en la tierra. Es más, di esto en voz alta: “Soy su hijo amado, tengo acceso total a mi Padre y tengo un propósito aquí en la tierra, su casa es mi casa”.
Acerca de este Plan
¿Alguna vez te has puesto a pensar porque Dios ama a personas que rompen cosas? No tiene mucho sentido, es más, hasta suena escandaloso. ¿Quién da tanto por tan poco? Es un regalo que no merecemos, en otras palabras, es gracia. A lo largo de estos 5 días hablaremos sobre lo que la gracia significa para nuestras vidas.
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Nos gustaría agradecer a caminodevida por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.caminodevida.com