Ídolos Del CorazónMuestra

Una cuestión de lealtad

Probablemente, este sea uno de los pocos devocionales que encontrarás en línea sobre idolatría. Y es que entre los cristianos modernos creemos que es un tema superado en nuestras vidas porque no tenemos ninguna imagen de nada a la que le rindamos adoración. En pleno siglo XXI, parece lejana la época en la que las personas tallaban un pedazo de madera para hacerse un ídolo y postrarse ante él para pedirle favores.

Sin embargo, con mayor frecuencia vemos que mucha gente - creyente o no - cae rendida ante un estilo de vida, una posición económica, un vicio o una reputación que mantener. De a poco y sin darse cuenta, entregan su atención, esfuerzo o dinero a esa apariencia deseada, al grado de sacrificar todo lo demás por obtenerla. Un dios cobra forma, falso, inexistente en forma material, pero dios al fin, por lo tanto un ídolo. 

Esta serie pretende ayudarte a identificar si de una manera muy sutil no habrán cobrado forma algunos ídolos en tu corazón. Se trata de una revisión ineludible de tu vida si estás buscando afirmar tu fidelidad a Dios. Cada vez que le decimos “sí ” a Jesús y le hacemos caso, estamos haciendo una declaración de lealtad y consecuencia. Elegir a Cristo y mantenernos en esa decisión nos lleva a reorganizar nuestras prioridades e intereses.

Pablo nos explica que antes de conocer a Cristo, éramos “esclavos de los llamados dioses, que ni siquiera existen”. En Ezequiel 14:3, dice: “Hijo de hombre, estos líderes han levantado ídolos en su corazón”. Con esto, podemos entender que los ídolos pueden ser pensamientos o deseos que están ocupando toda nuestra atención, pensando que si los conseguimos, nuestra vida tendrá sentido o que recién seremos valorados por quienes somos. 

Si la Biblia llama necios a quienes fabricaban y adoraban ídolos hechos por ellos mismos, ¿qué tendría de diferente alguien que se rinda ante las cosas que el mundo de hoy ofrece? Déjame explicártelo de esta manera, la necedad radica en no entender que Dios tiene un enemigo personal que, contrariamente a lo que solemos pensar, no está realmente tan interesado en conseguir seguidores como en lograr detractores de Dios. Le basta con que tu vida se alinee con cualquier otra cosa que no sea Cristo. ¿Por qué? Porque la idolatría es una cuestión de lealtad, y aunque suene radical, el momento en el que optamos por ser infieles con Dios, estamos decidiendo por el bando contrario. 

Dios dice: “No te hagas ninguna clase de ídolo (…), el Señor tu Dios (…) no tolerará que entregues tu corazón a otros dioses.” Nuestro corazón no puede amar con la misma intensidad a Dios y a algo más, al mismo tiempo. No hay forma. Como dice un proverbio popular conocido: “al hombre que intenta avanzar por dos caminos a la vez, se le rompen los pantalones”.

En suma, vivimos en medio de una batalla invisible. Hay una rebelión levantada en contra del Dios Todopoderoso. ¿De qué lado estás tú? Cuando hablamos sobre ídolos, pocas veces pensamos que el tema de fondo trate sobre lealtad. ¿A quién le entregarás la tuya?

Carlos Alberto Paz / Pastor principal - Jazôn