¿Soy Amando(a)?Muestra

Es increíble cuando empezamos a comprender el infinito, insondable, incomprensible, infalible, innegable e interminable amor de Dios. Dios nos ha ofrecido perdón. Dios no quiere que nadie perezca. Dios no quiere que nadie vaya al infierno. Su amor por nosotros es tan intenso que por eso lo demostró. Él nos ofrece un regalo llamado vida eterna, comprado con la sangre de Su Hijo.

¿Podríamos siquiera imaginarnos que alguien sacrificara a su hijo por nosotros? Estaríamos tan asombrados, tan conmovidos y eternamente agradecidos por ese sacrificio. Eso es lo que Dios hizo por nosotros, y lo hizo por nosotros siendo personas desagradables.

Todos somos desagradables. Ninguno de nosotros merece el amor de Dios. Ninguno de nosotros puede ponerse de pie y decir: "Dios me ama porque soy muy adorable. ¡Soy genial!" No, no lo somos. Todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios. Es verdaderamente asombroso que Él nos ame a cada uno de nosotros, sin importar cuán desagradables seamos.

Dios no nos creó para el infierno. Las únicas personas que irán al infierno son las que rechazan el regalo de amor de Dios. Dios también es un Dios justo, y por lo tanto, nuestra deuda por el pecado debe ser pagada. Dios permitió que Su Hijo, Jesucristo muriera en nuestro lugar. Jesús fue perfecto. Nunca pecó. La sangre de Jesús lavó nuestra deuda por el pecado y pagó el castigo. Jesús murió por nosotros y resucitó para que podamos vivir eternamente con Él. Dios nos ofrece esto. Lo único que tenemos que hacer es recibir este regalo de amor que Dios expresó a pecadores como tú y yo.

Te estás preguntando: “¿Soy amado? ¿Dios me ama tal como soy? Esa respuesta se encuentra simplemente mirando la cruz del Calvario y lo que Jesucristo hizo por ti.