Cómo Manejar La DecepciónMuestra

Dios termina sus días con un amanecer.

Hay una quinta verdad predominante que enseña el relato de la creación. La Biblia dice que después de que Dios creó la luz y separó el día de la noche, fue la tarde y la mañana del primer día. Esta frase "fue la tarde y la mañana" se repite seis veces a lo largo del registro de la creación. Esto nos dice que los días de Dios comienzan en la noche y terminan en la mañana. Dios no termina sus días en la puesta del sol; los termina con la salida del sol.

Esta es una verdad muy importante. Dios nunca termina lo que comenzó con la oscuridad. La Biblia es el único libro que tiene un principio, un nudo y un nuevo comienzo. Siempre hay un amanecer al final de la historia de Dios. Él no es un dios de muerte. Dios es el Dios de la resurrección. Por eso, el sol siempre sobrevive a la tormenta. El Cantar de los Cantares describe bellamente esta verdad cuando dice que el invierno ha pasado, la tormenta ha terminado, las flores aparecen de nuevo en la tierra y el tiempo de cantar ha llegado.

Otra historia del Nuevo Testamento describe a una familia que pensaba que sus días estaban terminando al anochecer. Lázaro, un amigo cercano de Jesús, enfermó gravemente. María y Marta, las hermanas de Lázaro, enviaron un mensaje a Jesús pidiéndole que fuera a curar a su hermano. La Biblia dice que Jesús amaba a esta familia, pero cuando escuchó la noticia de la enfermedad de Lázaro, se demoró dos días antes de ir a visitarlos. Lázaro murió y ya estaba enterrado antes de que Jesús llegara a la familia. Las hermanas de Lázaro estaban muy decepcionadas con Jesús. Le dijeron que, si hubiera llegado a tiempo, Lázaro habría vivido. A los ojos de las hermanas, toda esperanza había desaparecido. No podían entender por qué Jesús no había evitado la muerte de su hermano.

Esta historia nos enseña un poderoso principio sobre la naturaleza de nuestro Padre Celestial. Él no es un prevencionista. Como cualquier buen padre, Dios no evita que sus hijos sufran. A veces, Él permite que pasemos por decepciones para que podamos aprender y crecer a través de estas experiencias. La historia de Lázaro no terminó con la muerte. Jesús lo resucitó. La historia de la resurrección de Lázaro cuatro días después de haber sido muerto y enterrado ha servido como fuente de ánimo para los creyentes durante siglos. La familia de Lázaro no disfrutó de su experiencia mientras sucedía. Sin embargo, cuando Jesús resucitó a su hermano, recibieron el mayor regalo posible. Recibieron la seguridad de que con Dios ninguna situación es irremediable.

A través de los cinco principios descritos en este devocional, puedes saber que tu decepción no es permanente. Puedes confiar en Dios. Sus historias nunca terminan con muerte. Terminan con resurrección. Tus días terminarán con un amanecer.