En El PrincipioMuestra

Semana 1 - Día 3 

Lectura: Génesis 1:9–13; Job 38:8-11

DEVOCIONAL: Génesis 1:9–10

“Entonces dijo Dios: «Júntense en un lugar las aguas que están debajo de los cielos, y que aparezca lo seco». Y así fue. 10 Dios llamó a lo seco «tierra», y al conjunto de las aguas llamó «mares». Y Dios vio que era bueno.”

 

En el tercer día de la creación, Dios dio forma a la tierra, que había sido solo agua, por lo que podemos entender en Génesis 1:1. Dios primero dividió las aguas en dos, creando el cielo. Dios puso un poco de agua en el cielo y un poco de agua en la tierra.

Al tercer día, Dios separó las aguas que había en la tierra creando mares y tierra seca. Dios le dio límites al agua, instruyéndola sobre dónde debía ir y dónde debía ser contenida. Dios puso límites a las olas, creando tierra seca.

En los tiempos bíblicos, incluso en el primer siglo, se consideraba que el mar era un lugar de oscuridad. No tenían el tipo de equipo que tenemos hoy y era difícil cruzar sus aguas, a menudo mortal. ¡Incluso había peces lo suficientemente grandes como para tragar a una persona entera (Jonás 1:17)! Los mares eran lugares desconocidos y aterradores donde muchos perdían la vida.

Pero Dios vio que el mar era bueno. Dios creó el mar con un propósito, así como creó el cielo y todos sus elementos con un propósito, así como creó la tierra seca con vegetación y frutos con un propósito.

Puede ser tentador mirar a los “mares” en nuestras propias vidas, las pruebas, las tentaciones, las dificultades y el dolor, con mucho miedo. No sabemos cómo saldrán las cosas. Mucho está fuera de nuestro control y puede ser fácil olvidar el cuidado y la provisión de Dios para nosotras cuando estamos abrumadas por el miedo. De la misma manera que Dios creó los mares con un propósito, cada circunstancia en nuestra vida tiene un gran objetivo. Dios no nos ha abandonado y todavía tiene el control.

Puso límites a las olas; Él se preocupa por los detalles de nuestras vidas.

 

Oración

Dios Padre, eres soberano sobre toda la creación, incluso sobre los límites de todas y cada una de las olas. Tú creaste el mar con un propósito, y tienes un plan con todo lo que permites en mi vida. Dame paciencia para esperar Tu tiempo y Tu plan cuando esté temerosa e insegura. Creo que estás conmigo. Amén.