En El PrincipioEjemplo

Semana 4 - Día 1

Lectura: Génesis 4:17–26; Salmos 150

DEVOCIONAL: Salmos 150:1–6

¡Aleluya!

Alaben a Dios en Su santuario;

Alábenlo en Su majestuoso firmamento.

Alaben a Dios por Sus hechos poderosos;

Alábenlo según la excelencia de Su grandeza.

Alaben a Dios con sonido de trompeta;

Alábenlo con arpa y lira.

Alaben a Dios con pandero y danza;

Alábenlo con instrumentos de cuerda y flauta.

Alaben a Dios con címbalos sonoros;

Alábenlo con címbalos resonantes.

Todo lo que respira alabe al SEÑOR.

¡Aleluya!

Después de contar la historia de Caín y Abel, el autor de Génesis pasa a algunos capítulos de historias familiares. Si bien estas genealogías incluyen solo un puñado de detalles sobre los que son mencionados, la forma en que están escritas y estructuradas muestra importantes verdades y principios para la vida con Dios.

El linaje de Caín siguió a su patriarca. Las decisiones pecaminosas de Caín afectaron a sus descendientes durante muchas generaciones. Mostraron desprecio por Dios cuando tomaron varias esposas, buscaron el éxito y la fama, e incluso asesinaron a otros. La genealogía de Caín también muestra las primeras ciudades y culturas, incluidos los primeros músicos y artesanos.

La línea de Set muestra un contraste directo con la de Caín. Como veremos en lecturas posteriores, muchos de los descendientes de Set temían y adoraban a Dios. También vemos la primera referencia de personas que invocaron el nombre de Dios y lo adoraron.

Sin importar la cultura que nos rodea, nuestras circunstancias, nuestros éxitos, nuestro estado o nuestros talentos, la adoración a Dios es lo que da vida. Aunque los descendientes de Caín hicieron muchas cosas grandes, estaban lejos de Dios. Buscaron su propio beneficio en lugar de hacer grande el nombre de Dios. Si no preservamos la adoración y el conocimiento de Dios en nuestras vidas, nuestras familias, nuestras culturas y nuestras naciones, caeremos en el pecado y la destrucción como lo hicieron los descendientes de Caín. Seamos personas que invocamos el nombre del Señor, que adoramos Su nombre y lo damos a conocer dondequiera que estemos.

¡Todo lo que respira alabe al Señor!

Oración

Señor Dios, solo Tú mereces ser adorado. Solo Tú eres digno de alabanza. Tu incomparable grandeza es más que cualquier cosa en la tierra. Ayúdame a alabarte sin importar mis circunstancias. Ayúdame a apartarme del pecado y adorarte. Amén.