7 Claves Para Una Gran FamiliaMuestra

Cultiva una actitud de felicidad para los demás

Una joven madre se sintió desafiada año tras año para hacer que fueran «justos» los cumpleaños de sus dos hijos. Aunque los niños nacieron con dos años de diferencia, nacieron el mismo día del año. Cuando eran pequeños, disfrutaban compartiendo una fiesta de cumpleaños. Pero a medida que crecían, cada niño quería su propia fiesta especial. E inevitablemente, cada año, una de las fiestas siempre parecía resultar mejor que la otra. Uno de los dos niños siempre sentía que tenía la peor fiesta, mientras que su hermano disfrutaba de una grandiosa fiesta.

Pero no tiene por qué ser así. ¡Podemos aprender a mantener nuestros corazones y mentes tan llenos de gozo por los demás, que no queda lugar para los celos! Enséñale a tus hijos cómo pueden concentrarse en todas las bendiciones que Dios nos otorga como familia. Demuéstrales cómo podemos mantener nuestras palabras positivas y edificantes. Crea un ambiente familiar que constantemente se alegra por las bendiciones que otros reciben, tanto en tu familia como fuera de ella.

Tus hijos caerán en la trampa de la comparación si es ahí donde los vas a llevar. Alguien más siempre tendrá algo mejor que tú. Pero la verdad es que siempre tendrás algo más bonito que lo que tiene otra persona. Entonces, ¿cuál es el punto? Cuando nos comparamos con otros, la Biblia dice que eso «no es sabio». Vivir agradecido es mucho mejor. Trata a los demás como te gustaría que te trataran. Alégrate por ellos cuando les esté yendo bien.

«La gratitud es lo opuesto a la codicia. Cría niños agradecidos, y ellos no envidiarán a los demás». -Greg C. Gunn

«No finjan amar a los demás; ámenlos de verdad. Aborrezcan lo malo. Aférrense a lo bueno. Ámense unos a otros con un afecto genuino y deléitense al honrarse mutuamente. No sean nunca perezosos, más bien trabajen con esmero y sirvan al Señor con entusiasmo. Alégrense por la esperanza segura que tenemos. Tengan paciencia en las dificultades y sigan orando. Estén listos para ayudar a los hijos de Dios cuando pasen necesidad. Estén siempre dispuestos a brindar hospitalidad. Bendigan a quienes los persiguen. No los maldigan, sino pídanle a Dios en oración que los bendiga. Alégrense con los que están alegres y lloren con los que lloran. Vivan en armonía unos con otros. No sean tan orgullosos como para no disfrutar de la compañía de la gente común. ¡Y no piensen que lo saben todo!» (Romanos 12:9-16 NTV).