Las Buenas Noticias De Dios - Parte 2Muestra

 ¡Buenas noticias1 Jesús, vida y resurrección – parte 1

Como lo hemos venido comentando, Juan describe los milagros de Jesús como señales, y en este capítulo descubrirás una nueva señal. Hasta donde hemos seguido la historia, Jesús se encuentra con sus discípulos en Perea (ver Jn:10:40), un lugar conocido en los Evangelios como la tierra del otro lado del Jordán (ver Mt 4:15, Mt 4:25; Mt 19:1; Mr 3:7-8), ahí Jesús llevó a cabo gran parte de sus enseñanzas (ver Mr 10:1-33), y fue desde ese lugar, que empezó su viaje final a Jerusalén, tal como lo veremos en este capítulo. 

Versículos 1 al 5: Observa que el autor comienza hablando de un hombre llamado Lázaro, no nos dice mucha información de él, pero quiere que prestemos mucha atención al detalle de que había caído enfermo, y que era natural de Betania (v. 1), el pueblo de María la que derramó perfume en los pies de Jesús y luego los secó con sus cabellos, y de su hermana Marta (v. 2). Juan omite decir en estos primeros dieciséis versículos, que Lázaro también era hermano de estas mujeres, sin embargo, lo dejara entender desde el versículo 21, y sabemos por lo dicho en todo este capítulo y por la ocasión en que Jesús fue recibido en la casa de estos hermanos (ver Lucas 10:38-42), que eran amigos del señor Jesús, de hecho, Juan nos dice: “y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro” (v. 5), aunque, ese amor no libró a Lázaro de la enfermedad, ni a sus hermanas del dolor; a propósito de eso, Charles Spurgeon dijo: “El amor de Jesús no nos separa de las necesidades y las enfermedades comunes de la vida humana. Los hombres de Dios siguen siendo hombres.”

Como estas hermanas tenían una relación muy cercana con el señor Jesús, observa que no tuvieron ningún inconveniente en presentarle sus necesidades, al contrario, le enviaron un mensaje diciendo: “he aquí el que amas está enfermo” (v. 3); nota que, María y Martha, no pidieron al señor Jesús que fuese a sanar a su hermano, para ellas fue suficiente con contarle cuál era su problema. Cuando Jesús recibió el mensaje de las hermanas de Lázaro dijo que esa enfermedad no terminaría en muerte, sino que serviría para manifestar la gloria de Dios; para que la gente viera el poder que tiene Él, el Hijo de Dios (v.4), Sin embargo, y a pesar de que amaba a esa familia, decidió quedarse dos días más en donde estaba (v. 6), lo que quizás, fue difícil de entender para estas dos hermanas, pero en el desenlace de esta historia lo entenderían, lo que nos enseña, que debemos creer y estar tranquilos cuando Dios “parece demorar”, porque Él en todo tiene un propósito, Él sabe más de lo que nosotros sabemos y podemos imaginar (ver Is 55:8-9), y Él siempre espera el momento oportuno.

Versículos 7 al 16: Observa que, Pasado dos días, Jesús decide ir a Judea nuevamente, a pesar de las advertencias de sus discípulos, puesto que debido a que  lo sucedido con el hombre ciego de nacimiento y su identificación como el Mesías y el buen pastor, Judea era un lugar sumamente peligroso para Jesús; pero Jesús en un sentido figurado les dice que tenía trabajo que hacer (VV. 9 al 10), y que la razón por la que quiere regresar a Judea es para resucitar a su amigo Lázaro, aunque ellos no le entendieron. Todo esto nos deja una enseñanza muy hermosa, y de hecho es lo que mas me llama la atención, aquí Jesús demuestra otra vez, que es un buen pastor y que ama a sus ovejas y está dispuesto a morir por ellas, Él sabe el peligro que representa volver a Judea, de hecho, sabe que estando allá, una semana después, morirá en la cruz, pero Él está dispuesto a dar su vida por ayudar a sus amigos (ver Jn 15:13).

Tomás, al que llamaban Dídimo (el Gemelo), está consciente del peligro, sabe que la persecución de Jesús es una amenaza también para sus seguidores, pero Él está dispuesto a pagar el precio, y por eso dice: “Vamos también nosotros, para que muramos con él.” (v. 16). 

¿y tu? ¿Qué haces cuando tienes problemas? ¿Qué tan seguro estas del amor que Dios tiene por ti? ¿Hasta qué punto estas dispuesto a seguir a Jesús?