MarcosMuestra

Semana 5 - Día 5

Lectura: Marcos  14:1–21 

DEVOCIONAL: Marcos  14:8–9 NBLA

«Ella ha hecho lo que ha podido; se ha anticipado a ungir Mi cuerpo para la sepultura. Y en verdad les digo, que dondequiera que el evangelio se predique en el mundo entero, también se hablará de lo que esta ha hecho, para memoria suya».

Sabemos por el relato de otro evangelio que la mujer que ungió a Jesús fue María de Betania, la hermana de Lázaro y Marta. Es la misma María que se sentó a los pies de Jesús, ansiosa de escuchar cada una de Sus palabras (Lc 10:38-42).

María había visto a Jesús hacer poderosas obras en su vida. La trató con dignidad, dándole la oportunidad de aprender de Él, algo que a las mujeres les era frecuentemente negado en el primer siglo. María sabía que Jesús era la resurrección y la vida; había visto a Jesús resucitar a su hermano de entre los muertos (Jn 11:43-44).

María sabía quién era Jesús. Sabía lo que Él valía. Ella lo había visto redimir su vida y proveer para ella de maneras inexplicables. Su fe estaba en Jesús. Su fe, su vida, su corazón, todo lo que tenía, fue puesta a los pies de Jesús. Su devoción bendijo a Jesús. No fue un desperdicio. Fue un hermoso honor.

Él ha hecho lo mismo por nosotras. Él ha redimido nuestros corazones, nuestras vidas y nuestras circunstancias. Él ha provisto para nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. Que podamos amar a Jesús y honrarlo de la misma manera que lo hizo María: con todo lo que tenemos.

Oración 

Señor, dame una devoción como la de María. Te he visto hacer obras maravillosas en mi vida. Enséñame cómo adorarte, servirte y honrarte con todo lo que tengo. En Tu nombre, amén.