Del divorcio a la sanación: 31 días de sanación y plenitudEjemplo

"Anhelando"

Algunos de los momentos más difíciles en nuestras vidas son los que nos hacen desear cosas que no podemos tener. Yo quiero recuperar mi físico de cuando tenía 20 años y pesaba 185 libras. Puedo perder el peso, pero algo me dice que nunca más volveré a tener 20 años.

Todos anhelamos algo o alguien. Durante la separación y el divorcio, extrañamos nuestra relación con la persona que hemos perdido, cuando ambos eramos tan felices y llenos de vida.

Anhelar la relación que solías tener o la posibilidad de una nueva, no está mal y no deberías sentirte mal por eso. Sé realista con tus sentimientos.

Anhela lo que puedes lograr: un corazón sano y un alma renovada. Busca la ayuda necesaria para lograrlo, como la atención pastoral o profesional. Date una oportunidad.

El crecimiento se logra a través del estiramiento para poder lograr más de lo que tienes ahora. Al igual que una banda elástica, al expandirse se retira, permitiendo hacer más la próxima vez.

Tómate tiempo para anhelar, pero por aquello que importa y por lo que te traerá la sanación y la plenitud que necesitas para seguir adelante.

Hay alguien que sí anhela y espera celosamente tener una relación sincera contigo: Jesús. Tómate tiempo para dejar que te muestre lo que es una verdadera relación de amor.

Oración
Dios, que mi corazón y mi alma se llenen completamente con Tu amor, así puedo sentir lo celosamente que Tú anhelas pasar tiempo juntos. En el nombre de Jesús. Amén.