El Conflicto Como CatalizadorMuestra

DÍA 4: IRSE A LA CAMA ENOJADO

Los conflictos son intencionales y las peleas impulsivas. Cuando mi esposo Mike y yo abordamos un conflicto, tenemos la intención de plantear un problema que debe resolverse. A veces, eso significa que he pasado varios días orando por el tema, pensándolo bien y quizás escuchando la perspectiva de un amigo de confianza.

Una pelea siempre comienza con una reacción impulsiva a cómo nos sentimos. La otra persona hizo algo insensible o yo hice algo que enojó a Mike, y así empieza. Cuando nos metemos en una pelea, generalmente uno de nosotros siente que tenemos que hablar de ello ahora mismo, no porque sea urgente sino porque no podemos controlar cómo nos sentimos.

Una de las lecciones más importantes que hemos aprendido es que es más probable que casi todos los conflictos se resuelvan si nos damos tiempo para procesar, orar y verlo desde otra perspectiva. Cuando era una novia joven, creí en el consejo: "Nunca te vayas a la cama enojada". Supuse que esto significaba que teníamos que resolver todos los problemas antes de irnos a dormir. ¿Sabe lo que aprendí? Las dos de la mañana no es un buen momento para hablar sobre un problema. 

Los problemas más importantes de un matrimonio no tienen que resolverse hoy. No tiene que decidir qué automóvil comprar, dónde enviar a los niños a la escuela o cómo pagar la factura de la tarjeta de crédito. Aunque sienta que necesita una solución, encuentre su propia paz llevándole el problema al Señor antes de buscar la paz con su cónyuge.

CONTEMPLANDO EL CONFLICTO: 

Cuando algo queda sin resolver, ¿qué es más probable que haga? ¿Es probable que se quede despierto toda la noche hasta que sienta que tiene una solución? ¿Qué tan a menudo queda realmente satisfecho después de una noche de discusiones, incluso cuando llega a una solución?

EL CONFLICTO COMO CATALIZADOR: 

Aquí hay un paso práctico que puede implementar en tiempos de conflicto: DÉ ESPACIO PARA LA GRACIA, o en otras palabras, tiempo para procesar. A veces podemos estar tan decididos a terminar el argumento que llegamos a conclusiones basadas en una emoción intensificada en lugar de la realidad. En lugar de darnos tiempo para procesar, nos concentramos en lo inmediato y, a menudo, terminamos peor de lo que comenzamos. Al permitirnos a nosotros mismos y a nuestro cónyuge un espacio para la gracia, podemos darle al Espíritu Santo la oportunidad de ayudar a sanar y resolver áreas de nuestro corazón que solo Él puede transformar. Ya sea que se trate de una decisión importante o de un pequeño malentendido, darnos espacio para la gracia y la oración también le dará a Dios tiempo para trabajar en formas diferentes.