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Aprender a pelear las batallas correctas

La vida está llena de conflictos de todo tipo, pero cuando éstos son con la pareja, la relación se puede convertir en un eterno campo de batalla.

Las relaciones en el contexto de los valores cristianos se basan en la habilidad de las parejas de definir cuáles son los asuntos por los que vale la pena pelear y cuáles no, en otras palabras hay que elegir las batallas. 

Hacer esto puede direccionar y poner límites claros en la pareja, saber hasta dónde se está dispuesto a llegar nos dará una visión más amplia y clara.

Como jóvenes cristianos una batalla que no es opcional es la de que ambos busquen tener una vida íntegra y santa. Esto definirá en gran medida el éxito o el fracaso de la relación. Esta lucha de agradar a Dios es un acuerdo entre ambos, no puede estar uno comprometido y el otro no.

Una batalla incorrecta son esas las que no traen consigo un norte claro, no muestran compromiso, no se comparten los mismos valores, no hay una proyección en el futuro, todo lo que se ofrece pareciera ser momentáneo y efímero. Debemos prestar mucha atención a este tipo de relaciones.

Si se rompió el pacto de exclusividad en la relación no puedes siquiera pensar en el matrimonio, esta ya es una batalla perdida. Es verdad que Dios perdona y restaura, pero he visto por lo general que cuando se rompe la confianza desde el noviazgo no hay una garantía de que no se vuelva a repetir en un futuro. Cuidado ahí, porque sin duda una infidelidad se lleva la seguridad en segundos, cuando construirla nos lleva bastante tiempo.

Pregúntate: 

¿En verdad vale la pena pelear por esta relación?

¿Seguir esta relación afectará mi futuro para bien o para mal?