“Una prédica para no olvidar”

Al estar experimentando momentos de adversidad, las parejas pueden tener pensamientos negativos recurrentes. Éstos no son más que una forma en la que el enemigo ataca directamente a los matrimonios.

Ejemplo de ello, es lo que nos sucedió con mi esposa. En medio de un período de problemas financieros (ocasionados por un alto nivel de endeudamiento) constantemente nos preguntábamos “¿Seremos los únicos que estamos pasando por esta situación?” o bien coincidíamos en una falsa afirmación como “solo a nosotros nos pasan este tipo de situaciones”. Y es que de alguna u otra manera, al visualizar negocios, cambios de trabajo e incluso oportunidades que podrían haber resuelto nuestra situación, experimentábamos que inexplicablemente estas oportunidades desaparecían tan volátil y rápidamente como el humo.

En cierta ocasión, escuché una prédica de un experto en finanzas quien explicaba que los problemas financieros podrían tener una similitud a cuando Israel estuvo en medio de una dificultad. En Jueces 6:1-6, habiendo los israelitas ofendido al Señor, durante siete años, Él los entregó a manos de los madianitas quienes cada vez que los israelitas sembraban, los atacaban. Hasta que clamaron a Dios por ayuda.

A partir del momento en que escuché este relato bíblico, mi pensamiento no volvió a ser el mismo. Hablamos con mi esposa, oramos y decidimos que era momento de rendirnos en pareja. De rendir nuestro matrimonio y familia ante nuestro Señor. Muchas veces queremos hacer las cosas por nosotros mismos, queriendo resolver las cosas de manera inmediata y no logramos ningún resultado. Mientras que lo que Dios desea es que descansemos en Él porque se glorifica por medio de nuestras debilidades; “pero él me ha dicho: «Con mi gracia tienes más que suficiente, porque mi poder se perfecciona en la debilidad.» Por eso, con mucho gusto habré de jactarme en mis debilidades, para que el poder de Cristo repose en mí. ”. (2 Corintios 12:9 RVC)

Oración

Señor, te amamos y bendecimos. Deseamos que entres en nuestro hogar, que tomes el control de todos los aspectos de nuestras vidas. Entendemos que si tú estás con nosotros seremos como un cordel de tres hilos que no se romperá fácilmente. Nos rendimos ante ti y entendemos que no es en nuestras fuerzas sino que tus fuerzas. Sé el sostén de nuestro matrimonio y familia con tu diestra victoriosa.

Amén.