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 En casi todos los programas o películas que incluyen citas románticas, hay un momento en el que alguien tiene que decidir si decirle o no a la persona que le gusta cómo se siente. Por lo general, también hay al menos un amigo que le dice a la persona que actúe cool o que sea haga la difícil. Si bien esto es divertido de ver en la televisión, cuando es la vida real y somos los que intentamos averiguar qué hacer, es la peor sensación. Afortunadamente, cuando se trata de nuestra relación con Dios, el autor de este versículo lo deja claro. No tenemos que actuar con calma y no hay miedo al rechazo. Quiere que lo conozcamos más y cuando lo busquemos lo encontraremos. Entonces, ¿qué pasaría si dedicáramos más energía a experimentar más a Dios? Si nosotros siempre tenemos su amor. Pero aún podemos desear conocerlo mejor.

 Esta semana, habla con alguien que conozcas que parezca tener una relación cercana con Dios. Pregúntales qué han hecho para acercarse más a Él y luego prueba algunos de sus pasos en tu propia vida. Incluso si solo uno de sus ejemplos te ayuda a experimentar más a Dios, valdrá la pena el esfuerzo.