Journey Through John (Español)Muestra

Escritura:

8:11 “Tampoco yo te condeno. Ahora vete y no vulevas a pecar.” 

Observación:

Jesús no tenía pecado, por lo que tenía derecho a condenar a esta mujer. Sin embargo, como dijo en Juan 3:17, no vino a condenar a la gente. En cambio, está ansioso por perdonarnos por los errores que hemos cometido y por darnos un nuevo comienzo para vivir bien. Jesús no dice que pecar no sea gran cosa , o que simplemente podemos continuar haciéndolo. El nos ofrece una forma con la cual no tenemos que experimentar el castigo justo que nuestros pecados merecen. Este perdón nos da un nuevo poder, habilidad y motivación para dejar nuestros pecados y cambiar nuestra manera de actuar. 

Aplicación: 

Agradezco tanto que Jesús no quiera condenarme por mis errores. Por el contrario, Él desea perdonarme. No es que mis pecados no importen o lastimen a Dios; lo hacen. Es por esto que necesitamos dejarlos y dejar que Jesús nos dé el poder para cambiar y mejorar. 

Oración: 

¡Qué maravilloso amor me tienes, Jesús! No puedo más que agradecerte tu perdón y la oportunidad de empezar de nuevo. Esto me motiva a cambiar, Señor, por tu amor y en agradecimiento a ti. Ayúdame a dejar mi vida de pecado y vivir una vida mejor. Amén. 

Verdades para notar:

8:7 Jesús no negó que el pecado de esta mujer le merecirea la muerte. Simplemente les recordó a sus acusadores que ellos también eran culpables de pecado y, por lo tanto, no podían juzgarla.  

8:11 Jesús era la única persona sin pecado con derecho a condenar a esta mujer, pero eligió no condenarla, sino darle un nuevo comienzo en donde podía hacer lo correcto. 

8:16, 26 La recititud de los juicios y decisiones de Jesús provino de su estrecha relación con Dios, Su Padre. 

8:29 Jesús pudo vivir una vida competamente agradable a Dios. 

8:31 La verdadera fe en Jesús se manifiesta al vivir su enseñanza. 

8:34 La gente es esclava del pecado hasta que cree en Jesús. Sin Jesús, carecemos del poder para evitar pecar. 

8:44 Al diablo le encanta ver muerte; por eso miente e inspira a otros a mentir. 

8:46 Jesús nunca pecó. 

8:47 Si perteneces a Dios, Él te ayuda a escuchar y comprender Su enseñanza. 

8:58-59 Al llamarse a sí mismo el “Yo Soy” que vino incluso antes de Abraham, Jesús afirmó ser igual a Dios, por esto los judíos trataron de apedrearle, porque entendían que era blasfemia.