Jesús, El MilagroMuestra

 El Poder de la Esperanza  

Cuarto día, cuarto poder. En estos tiempos de  reuniones online, oí decir a un predicador: “un milagro no necesariamente salva a alguien”, y creo en gran parte que esto es así, pero también debo reconocer que un milagro a pesar de no salvar a alguien si trae esperanza. Este es el poder que nace de los testimonios compartidos. 

Estos hombres tuvieron esperanza y les llevó a mantenerse creyendo en que Jesús podía hacer un milagro. Dejame traer claridad sobre esto; la fe y la esperanza no son lo mismo. La fe se apoya en las obras prometidas y ya consumadas por Dios, mientras que la esperanza lo hace en su “carácter”; la fe declara su promesa cumplida pero la esperanza proclama su Fidelidad. La esperanza es la que te fortalece en los tiempos de duda ante la respuesta que no vemos en lo natural.

Abraham creyó esperanza contra esperanza y ante una fe que se debilitaba, se fortaleció reconociendo, que Quien prometió, también era poderoso para cumplir (Ro. 4:18-21 RVR1960)

Que gran noticia que da seguridad en toda esta incertidumbre que te rodea, saber que las promesas ya fueron hechas y que el tiempo que transcurra hasta verla materializada  estarás firme sabiendo que su carácter no cambia, y así seguir esperanzado en su poder, bondad, amor, fidelidad, misericordia, compasión, clemencia, justicia, inmutabilidad, omnipotencia, omnisciencia, perfección, santidad, etc.

Entiendo que los milagros de Jesús en ciudades y aldeas vecinas, habían llegado a los oídos de estos cuatro audaces; así la esperanza floreció en ellos y les sostuvo para llegar juntos a Jesús.

Es un día para fortalecer tu fe y no darte por vencido, la promesa es real y su carácter nos dice que Él es Fiel (Fil. 1:6 RVR1960). Aún no has visto la respuesta, ten esperanza en Jesús “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Heb. 13:8).

Oración: Dios, me fortaleces al saber que no cambias y permaneces fiel. Así como creo tus promesas por la fe, del mismo modo declaro que nunca llegas tarde y que has dejado bien en claro que tu carácter y atributos sustentan mi esperanza para ver el milagro, en el Nombre de Jesús, Amén.