Nuestro Dios reinaMuestra

Mientras Estados Unidos inicia una nueva era política, ¿cómo podemos ver la luz positiva de Jesús cuando el mundo promueve tanta incertidumbre, malestar y división? Cuando Jesús vino a este mundo había un clima politico inestable, ¿qué postura política tomó? ¿Coincidía con algún candidato? ¿Era liberal? ¿Conservador? ¿Independiente? ¿Qué piensa Jesús sobre el gobierno? En la Biblia, vemos que Jesús se mantuvo en gran medida al margen de la política. En cierto sentido Él era políticamente agnóstico. El gobierno del que hablaba Jesús era uno que Él traería a la Tierra, no uno fundado en el esfuerzo humano.

En las Escrituras, vemos que Dios siempre ha sido el Rey de Reyes (1 Timoteo 6:15). Él es soberano en cualquier clima politico. Su deseo para la humanidad es que Sus hijos lo admiren como Rey Todopoderoso y que le sigan solamente a Él, sin necesidad de un gobernante terrenal. Mientras navegamos por el clima político estadounidense, ya sea republicano o demócrata, liberal o conservador, izquierda o derecha, debemos reconocer que la fe, la confianza y la esperanza solo pueden encontrarse en Aquel que fue, que es y que ha de venir.

Un componente clave para afrontar cualquier situación política es la oración. Recurrir a ella en primer lugar es una expresión de confianza en Dios más que en los líderes humanos. 

En los tiempos difíciles, ¿a quién acudimos? ¿A un amigo? ¿A un familiar? ¿A un buscador de internet? ¿Escuchamos nuestra música preferida o comemos nuestra comida favorita? O, ¿acudimos al trono eterno de Dios y buscamos Sus Escrituras para recordar que Su yugo es suave, que Su carga es liviana, y que Sus promesas son confiables (Mateo 11:28-30)?

Dios promete que todos enfrentaremos tiempos difíciles en esta vida (2 Timoteo 3:12). Él tambien nos promete que siempre estará con nosotros (Isaias 41:10). Cuando estemos preocupados por cualquier cosa, incluso por el país donde vivimos o el líder que nos gobierna, recordemos la palabra de Dios: "Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana" (Mateo 11:28-30 NVI). 

Cuando nos dirigimos a Dios en oración, estamos ejercitando nuestra confianza en Él. Solo Dios es digno de confianza y en ningún otro, ni en un amigo, pariente, empresa, presidente o rey, podemos confiar plenamente.