Dios tiene un propósito en cada circunstanciaMuestra

“Dios, en su gracia, nos ha dado dones diferentes para hacer bien determinadas cosas”  (NTV Romanos 12:6). 

Responsabilidad de desarrollar los dones y talentos recibidos de Dios

No somos buenos en todo lo concerniente a la obra de Dios. Somos buenos en la ejecución en aquello para lo cual hemos sido dotados y capacitados.

Ahora, no basta con tomar conciencia de los dones y talentos que Dios nos ha dado, sino que necesitamos disciplinarnos para desarrollarlos y convertirlos en una fortaleza. 

¡Sirvamos a Dios con excelencia! Y para ello necesitamos añadirle a los dones y talentos, el conocimiento y las destrezas prácticas. Ejemplo: Yo tengo el don de la enseñanza, y Dios me ha designado un ministerio como maestro. Pero de qué voy a enseñar si carezco de conocimiento, y con qué calidad voy a enseñar sino no he desarrollado los procedimientos o destrezas a través de la práctica. 

Haga del desarrollo de sus dones y talentos, una meta por convertirlos en fortalezas (fortaleza= dones y talentos + conocimiento + destrezas prácticas). Lograr desarrollar fortalezas requiere tiempo, esfuerzo, y el desarrollo de disciplina y hábitos. 

Es importante también, el alineamiento y la correspondencia entre dotación (dones y talentos) y el rol u oficio al que nos dedicamos en la obra de Dios. Es importante desempeñar un ministerio para el cual contemos con el don otorgado por Dios.

La efectividad en nuestro ministerio, es una resultante del obrar sobrenatural de Dios, es decir, de la dotación sobrenatural con que Dios nos capacita, pero también del esfuerzo, dedicación, compromiso y disciplina por desarrollar los dones, talentos y habilidades recibidos de parte de Dios, y de la responsabilidad, compromiso y diligencia en ejecutar las obras que Dios preparó de antemano para nosotros para que anduviéramos en ellas.