Dios tiene un propósito en cada circunstanciaMuestra

“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios”. 1 Pedro 4:10  1 Pedro 4:10 RVR1960 

Dones y talentos: Guías para discernir los propósitos de Dios en la vida del creyente - Parte II

Las obras que Dios ha preparado de antemano para nosotros para que andemos en ellas, requieren equipamiento, y fundamentalmente equipamiento sobrenatural. Tu ministerio no es una obra terrenal, sino un encargo con demandas sobrenaturales, por eso necesitas un equipamiento sobrenatural. Así funciona el propósito de Dios para nuestras vidas. Por eso necesitas enfocarte en tus dones y también en tus talentos naturales, porque allí es donde puedes dar tu mejor contribución. 

¿Sabes cuáles son tus dones y talentos que has recibido de Dios?

Ejercer un ministerio para el cual no se posee el don espiritual y el talento natural asociado a ese ministerio, puede indicar que estás ejerciendo un ministerio para el que no has sido llamado. Y así el fruto no abunda, por más empeño, tiempo y esfuerzo que se le ponga. Sabes, en la economía de Dios nos hay desperdicios. Si Dios te dio unos dones, es porque quiere que los uses en el cumplimiento del ministerio qué Él te ha designado. Así trabaja el propósito de Dios.

En esa forma que Dios te ha dado no hay desperdicio, no hay experiencias innecesarias, aun las dolorosas, no hay dones y talentos para los cuales no te señale y ponga delante de ti oportunidades donde usarlos. La obra de Dios es perfecta, nada le sobra, nada le falta. En el diseño con que Dios te formó, no hay enmendaduras, ni borrones, ni exceso de color o material, ni ninguna área que se quedó por definir. 

Él no te daría habilidades, intereses, talentos, dones, personalidad y experiencias a menos que tenga la intención de usarlos para su gloria. Algunos tienen recursos naturales con las palabras, otros son buenos con la música, otros con el uso del cuerpo, etc. Dios nos ha dado a cada uno de nosotros la habilidad de hacer bien ciertas cosas; para que las usemos para servirle a Él y cumplir nuestro propósito en la vida.

Si Dios nos ha dotado con determinados talentos y habilidades naturales, es porque quiere que los utilicemos. Dios es perfecto, no se equivoca. Como creyentes, nuestros talentos y dones espirituales nos dan una medida bastante exacta de en qué propósitos, ministerios, proyectos y roles Dios quiere que trabajemos.