Querido hijo...Muestra

Espera.

Querido hijo,

Me alegra escuchar tu voz nuevamente. ¿Recuerdas la historia de mi hijo Abraham? Hace mucho tiempo le prometí a él y a su esposa que su descendencia sería tan numerosa como las estrellas del cielo. Ellos creyeron en mi palabra, pero mientras fue pasando el tiempo y se hacían más ancianos, pensaron que debían ayudarme a cumplir mi promesa. Así que Sara tomó a su sierva Agar, y se la entregó a Abraham para que tuvieran un niño, y según las costumbres de ese tiempo, al Agar ser su esclava, esa criatura pasaría a ser su hijo. Entonces así lo hicieron, pero esto les causó problemas. Esto no era lo que yo tenía planeado para ellos, si hubieran esperado un poco más ¡cuántas cosas se habrían evitado! No obstante, su accionar no fue un obstáculo para cumplir mi pacto y mi propósito en ellos. Aunque el hijo que Abraham tuvo con Agar (Ismael) fue bendecido, mi pacto era con el hijo de Sara, y permití que, aún con la edad que tenían, tuvieran a Isaac. 

Te recuerdo esta historia porque como Abraham, muchas veces tú también puedes desesperarte y pensar en accionar como crees que es mejor. Sé que parece que tardo demasiado o que me he olvidado de ti, pero la verdad es que mi tiempo es perfecto. Conozco el fin desde el principio y sé cuándo es propicio otorgarte o quitarte algo. Te lo digo muchas veces en mi palabra, mis planes son perfectos, hijo, y aunque el paso parezca obstruido, que tienes que buscar un camino diferente, aguarda y confía en mí. Soy experto en abrir las puertas que te llevarán a los lugares más maravillosos, pero las abro en mi momento, no en el tuyo. Si piensas que ya no voy a cumplir mi promesa porque en algún momento te desviaste, quiero que borres ese pensar de tu cabeza y que recuerdes que soy fiel, cumpliré lo que te he prometido. Te amo, hijo, sólo estoy perfeccionando tu carácter al hacerte esperar.

Sinceramente, tu Padre.