Moviendo Cielo y TierraMuestra

Día 5

Movimiento 4: Hacerte consciente

“Si los cimientos de tus raíces están en Dios, podrás soportar cualquier tormenta.” 

La culpabilidad es algo que nos consume. En el segundo movimiento, aprendiste que debes aprender a perdonarte y no ser tan cruel contigo mismo. No debes culparte por haber tenido miedo, o por el contrario, por ser demasiado positivo y haber tenido “falsas esperanzas”. No te lastimes pensando qué hubiese pasado si hubieses hecho las cosas de otra forma. Esos son solo pensamientos que distraen, no son la realidad. 

En mi libro titulado “El Último Caído”, compartí una frase muy acorde a este tema: “Casi nunca nos equivocamos en tomar decisiones, porque nunca tomamos una decisión para equivocarnos.” Lo que pasa es que, a veces, los resultados no son los esperados. Decidimos de acuerdo a los hechos del momento y tomamos lo que creemos que es la mejor decisión posible. No somos nuestros resultados. 

Debes estar consciente de que habrá momentos de duda y que, quizás, quieras volver a lo conocido, a lo fácil, al maltrato. Tu nuevo trabajo es mantenerte alerta y vivir en tu presente, con la atención en el futuro, pero sin desenfocarte y descuidar tu presente. 

Permanece consciente de que la vida es la jornada y no la meta. Consciente de que no es perfecta y que quizás volverás a llorar. Llorar y orar es parte de la rutina de muchos, pero la vida continúa siendo hermosa. Recuerda que hasta el cactus vive en terreno baldío y aun así florece. 

Posiblemente volverán tormentas a tu vida, pero las podrás soportar si escoges a Dios como tu cimiento. Extiende tus raíces y agárrate de Él en todo momento y así, ningún viento te tomará desprevenido. Debes estar pendiente a las señales de Dios, es el mejor guía. La naturaleza obedece al Creador y cambia dependiendo de las estaciones del año. Así debemos estar atentos a sus señales. 

Este ejercicio de estar consciente es continuo. Mientras tengas vida, debes enfocarte en seguir perdonándote y amándote. Comprométete a no crear falsas ideas que te limiten. Comprométete a mantenerte optimista y a animarte siempre, porque sabes que todo es posible si es para la gloria de Dios y si así Él lo permite. 

Momento de excavar: 

• ¿Cuáles son tus tormentas? 
• ¿Qué pensamientos negativos tienes sobre ti? Ahora, cámbialos a positivos y descubrirás lo que Dios piensa de ti.

Ora conmigo: Señor, ayúdame a mantener la mirada fija en ti. De este modo reconoceré que, aunque tropiece, tú eres mi norte y nada debo temer. Deseo mantener el enfoque en que las pruebas son parte de la vida y de ellas aprendo. Contigo en mi vida todo obra para bien. Amén.