Yo Dependo Muestra

Yo dependo de su Espíritu

Muchas veces nos acobardamos y nos angustiamos porque no dependemos de aquel que Dios nos dejó para que nos consolara y nos enseñara todas las cosas, el Espíritu Santo. 

La Biblia nos dice que Él nos guiará a toda verdad. 

Me encanta que su Espíritu también nos fue enviado para recordarnos las promesas de Dios. Qué importante es tener un amigo que, cuando las cosas se ponen difíciles o inciertas, nos recuerda la bondad de Dios y sus promesas. Qué importante es tener a alguien que nos ayuda a enfocarnos en las cosas correctas, a alinear nuestra perspectiva. 

¿Te preocupa tu futuro? 

La palabra dice que el Espíritu Santo nos dirá todas las cosas que están por venir. Me pregunto si quizá no tenemos intuición espiritual cuando nuestra dependencia no está en Él.

Muchos pueden creer que el éxito de una iglesia se basa en sus métodos, pero no se trata de la estética ni de cuán moderna sea nuestra forma de hacer las cosas, sino de que nuestra dependencia sea del poder del Espíritu Santo. Es él quien transforma, revela, levanta y empodera. 

Yo dependo del poder del Espíritu Santo, porque es Él quien hace en nosotros y a través de nosotros lo que no podemos hacer por nuestra cuenta.  También dependo de Él para testificar de la grandeza de la gloria de Dios y el poder de su nombre. 

¿De qué o de quién dependes?

No dependas de los hombres, Dios te rodeará de las personas correctas, pero no para depender de ellas. Ninguna persona te puede completar, sólo Dios puede hacerlo. Depende de su amor para encontrar tu valor. Depende, en tus imperfecciones, de su misericordia. Depende de su palabra y provisión aún en medio de tiempos de incertidumbre. Y depende siempre del Espíritu Santo, porque Él te va a revelar la verdad, te va a mostrar tu futuro, te va a empoderar y a levantar para que entres en lo que Dios ha preparado para tu vida.