Reaviva la Llama: Un Estudio Bíblico sobre el Espíritu Santo por J. Lee GradyMuestra
HECHOS CAPÍTULO 27 -"JESÚS ESTÁ CON NOSOTROS EN LA TORMENTA"
Tendemos a preguntarnos por qué Lucas escribió una descripción tan detallada del naufragio en Hechos 27. Leemos sobre la violenta tormenta en la costa de Creta, cómo la tripulación desechó la carga, cómo el barco fue arrojado violentamente cerca de la costa africana, y cómo se estrelló en un arrecife. En medio de esta aventura de morderse las uñas, un ángel visitó a Pablo y le dijo: “No tengas miedo, Pablo. Tienes que comparecer ante el emperador” (v. 24). El ángel también le prometió a Pablo que la vida de los 276 pasajeros se salvaría. Los griegos en el barco podrían haber orado al dios Poseidón, quien supuestamente gobernaba las olas. Pero Pablo sabía que el verdadero Dios estaba a cargo de este viaje.
No era el momento de morir de Pablo. Dios tenía más trabajo que hacer. Llevaba una carga preciosa en ese bote: en su corazón ardía un mensaje que necesitaba ser escrito. No fue hasta que llegó a Roma que Pablo escribió Efesios, Colosenses, Filipenses, Filemón, Tito y sus dos cartas a Timoteo. ¡Piensa en lo que hubiéramos perdido si Pablo se hubiera ahogado!
Esta no era la primera vez que Pablo había estado en un desastre en el mar. En 2 Corintios 11:25 menciona tres naufragios, y esas palabras fueron escritas antes de los eventos de Hechos 27. Viajar no fue fácil en el primer siglo. Y, sin embargo, el evangelio siguió difundiéndose porque los valientes seguidores de Cristo estaban dispuestos a arriesgarse a morir. Este desgarrador relato nos muestra que llevar el mensaje de Jesús nunca será fácil. Podríamos enfrentar tormentas, turbas enojadas, tramas siniestras, cadenas de hierro y resistencia demoníaca. Sin embargo, el viento del Espíritu de Dios es más fuerte que cualquier huracán.
En el Antiguo Testamento, el profeta desobediente Jonás zarpó en un barco desde Israel en una ruta similar a través del mar Mediterráneo. Jonás no quería predicar a los gentiles de Nínive, entonces trató de ir a Tarsis, en lo que ahora es España. El barco de Jonás golpeó "una gran tormenta" (Jon. 1: 4), y los marineros se dieron cuenta de que el desastre había llegado porque Jonás estaba huyendo de Dios. Por eso tiraron al profeta por la borda. En el caso de Pablo, el apóstol estaba dispuesto a llevar el evangelio a Roma, y debido a su presencia en el bote, todos los hombres se salvaron. Dios va con sus mensajeros. Incluso cuando enfrentamos peligros y desastres, Él está en el barco con nosotros.
HABLEMOS DE ESO
** Pablo no enfrentó este naufragio solo. Tenía a su discípulo Aristarco con él (v. 2), así como a Lucas. ¿Por qué es tan importante para nosotros tener amigos fuertes que nos apoyen en tiempos difíciles?
** Antes de que el barco encallara, Pablo animó a los hombres a comer, y partió el pan y los guió en una oración de agradecimiento (v. 35). ¿A que te recuerda esto?
** Los soldados romanos normalmente matarían prisioneros en una situación como esta para que no escaparan. Sin embargo, el centurión tuvo compasión de la tripulación y protegió a Pablo (v. 43). ¿Cómo crees que la fe de Pablo pudo haberlo afectado?
Escrituras
Acerca de este Plan
“Reaviva la Flama” en un estudio bíblico interactivo sobre el libro de Hechos. En 28 lecciones usted experimentara la aventura de la iglesia primitiva —los milagros, los desafíos y la persecución. Usted se unirá a Pedro, Bernabé, Priscila y Aquila, Felipe y al apóstol Pablo al igual que a los héroes no nombrados de la iglesia del primer siglo mientras ellos proclamaban el evangelio. Cada lección incluye preguntas de estudio.
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Nos gustaría agradecer a The Mordecai Project por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://leegrady.com