12 enormes errores que los padres pueden evitarMuestra

Le damos prioridad a ser felices

"No serás feliz si haces eso", decimos. "No me hace feliz que hables así". "Para esa actitud, y simplemente sé feliz".. Decimos: "Mamá y Papá no van a vivir más juntos. Somos más felices así". Decimos tantas cosas que llevan a nuestros hijos a creer que la felicidad es la meta final. Pero no solo lo decimos nosotros. Ellos lo escuchan en la cultura, en el colegio, con los amigos, y en cada historia que siempre ha terminado en: "felices por siempre".

La única manera en que nuestros hijos se pueden dar cuenta que la felicidad no es la meta de nuestra vida, es si nosotros nos damos cuenta primero. Luego necesitamos usar nuestras 3.000 horas de influencia anual para modelarlo en nuestros hijos. Si la vida no trata de ser feliz, ¿entonces, de que trata? Jesús desglosó el significado de la vida en dos simples mandamientos. Ama a Dios con todo tu ser, y al prójimo como a ti mismo. En otras palabras, ocupa tu vida en Dios y en los demás. Llamémoslo: "vivir una vida enfocada en los demás".

La satisfacción en la vida ocurre más frecuentemente cuando las personas están comprometidas en actividades absorbentes que los hacen olvidarse de sí mismos, perder la cuenta del tiempo y dejar de preocuparse", afirma el psicólogo, Dr. Mihaly Csikszentmihalyi. ¿Te olvidaste de ti mismo con tan solo leer ese nombre? Hablando en serio, vuelve a leer la afirmación del Dr. C. Esta corrobora el plan de dos pasos de Jesús acerca de cómo vivir. Cuando dedicamos nuestro tiempo a Dios y a otros, no tenemos tiempo para preocuparnos de perseguir la felicidad, pero eso no significa que la perdamos. De hecho, allí es donde la encontramos como un subproducto de vivir como Jesús nos mandó a vivir.

Pero Jesús no solo les dijo a Sus discípulos que vivieran de esta manera, Él se ensució sus manos y lavó sus pies. Del mismo modo, debemos ponernos de rodillas, más allá de nuestro lugar feliz, y ser un modelo de servicio para nuestros hijos.

Práctica: Pasa tiempo con tus hijos ayudándolos a descubrir un don o recurso que ellos tengan, e invítalos a usarlo para servir a alguien más.