Tengo Preguntas: ¿Realmente Importan las palabras?Muestra

 ¿Alguna vez dijiste algo e inmediatamente te arrepentiste? ¿O dijiste algo y te sentiste muy orgulloso de cómo formaste las oraciones? ¿O dijiste algo y 10 minutos después no lo recordaste? Para nosotros resulta fácil pasar un día entero sin pensar dos veces en las cosas que decimos. Pero en este versículo, Santiago nos dice que le pongamos “freno” a nuestra lengua. En otras palabras, ponerle una correa corta a nuestras lenguas. Imagina un perro que intentas entrenar. Cuanto más corta sea la correa, más control tendrás. Lo mismo ocurre con nuestras lenguas. Queremos tenerlas bajo control. ¿Por qué? Porque como seguidores de Jesús, lo que decimos y hacemos es un reflejo de Dios. Las personas se hacen una idea de cómo es Dios al ver cómo vivimos y al escuchar lo que decimos. 

 Hoy, antes de hablar, hazte esta pregunta: "¿Lo que voy a decir le mostrará a alguien a Dios o le dará una razón para no querer tener nada que ver con Él?"