Sanado Por Jesús Muestra

¿Queremos la Sanación?

En Juan 5, Jesús estaba en Jerusalén por una festividad judía. Al llegar, pasó por un estanque donde habían muchos ciegos, cojos, y paralíticos. La tradición decía que cuando las aguas se movían y se elevaban, un ángel visitaba el estanque. Y quien entraba primero a las aguas agitadas se sanaría de sus enfermedades. Había un hombre inválido desde hacía 38 años. Cuando Jesús lo vio esperando a que el agua se moviera, le preguntó, "¿Quieres estar sano?" (Juan 5:6 NVI)

Detengámonos aquí y expongamos lo obvio.Jesús sabe todo, y le preguntó a este hombre que había estado enfermo durante 38 años si quería ser sanado. No sabemos exactamente que problema tenía, pero claramente no podía entrar en el estanque por si solo. Y que Jesús le pregunte si quiere ser sanado parece una pregunta retórica. Por supuesto que quiere la sanación, o no estaría ahí ¿no es cierto? Ya que Jesús nunca habló sin sentido o cometió errores, Él tenía un propósito en Su pregunta. Quizás Jesús le preguntó porque quería que el hombre se pregunte a si mismo,"¿Quiero sanarme?"

A veces crecemos acostumbrados y cómodos con cómo son las cosas en nuestra vida. Nos acostumbramos a ellas, aún a lo malo, y decimos que queremoscambiar pero en realidad no hacemos nadaparacambiar.

Decimos que queremos ser más saludables, pero no corregimos nuestras dietas.
Decimos que deseamos un matrimonio fuerte, pero no invertimos en nuestros esposos.
Decimos que nuestros hijos son nuestra prioridad, pero no entablamos una comunicación con ellos.

Quizás todos necesitamos preguntarnos a nosotros mismos lo que Jesús le preguntó a este hombre:¿Quiero ser sanado?Si deseamos ser sanos de _________, ¿Estamos dispuestos a hacer las cosas que Dios nos está pidiendo hacer para ser sanados? Si, Jesús provee sanación al instante. Lo vemos a través de la Biblia. Creámosle a Él para nuestra vida, también. Pero hay veces cuando tenemos que hacer una parte en nuestra sanación. ¿Cuán mal vemos esto? ¿Nos disgusta nuestro estado presente o estamos confortablemente incómodos en él?

Estas son preguntas duras para hacernos a nosotros mismos, porque requieren de una mentalidad brutalmente honesta. ¿Debería Dios venir con Su varita mágica y sanarnos completamente en un momento? Si lo hace, ¡alabado sea Él por eso! Pero si Él nos pide algo de trabajo de nuestra parte, hagamos el esfuerzo que Él nos está pidiendo hacer.