Fundando una iglesia saludableMuestra

Mantenlo simple

¿Te sientes abrumado por el trabajo de construir o fundar una iglesia? Hay tanto que hacer y tanto por considerar: fondos, personas, ministerios, edificios, locaciones, y así sucesivamente. ¡Puede ser abrumador! A menudo, inseguridades, voces de competencia, miedo, y orgullo pueden dirigir nuestras actividades.

En Hageo, Dios les dio a los Israelitas tres simples pasos para completar la tarea de reconstruir el templo de Dios: sube al monte, toma la madera, y construye el templo. Estos pasos no fueron un trabajo sencillo, pero eran fáciles de entender. Ayudaron a los Israelitas a concentrarse en lo que podían hacer para cumplir la misión, no en lo que no pudieron controlar. Dios solo nos pedirá hacer algo en lo que ya ha provisto la ayuda, recursos, y el liderazgo para lograrlo.

Controlar el resultado y el éxito de la iglesia no es nuestro trabajo. La obediencia lo es. No siempre es fácil, pero es simple. Mantenlo simple. Concéntrate en los pasos que Dios te ha dado.

Por ejemplo, al comienzo, solo concéntrate en tres cosas: el ministerio de niños, experiencia de adoración, y el ambiente. Crea un ministerio de niños al que los niños pidan volver, una experiencia de adoración que invite a Dios en cada semana y un ambiente que le permita a las personas de todo tipo saber que son bienvenidas. No necesitas comenzar con un programa de jóvenes o grupos pequeños el primer día.

Aún no te preocupes por el presupuesto para el segundo año. Concéntrate en obtener los fondos necesarios para empezar. Mientras das los primeros pasos, Dios será fiel para mostrarte los pasos 4, 5, y 6. No te preocupes por las cosas fuera de tu control. Esas son responsabilidad de Dios.

Mientras lees el día de hoy, ¡identifica lo que puedes hacer y lo que Dios hará.! Esto te ayudará a mantener las cosas fáciles y concentrarte en lo que puedes hacer mientras confías en Dios con lo que solo Él puede hacer!