El poder del Nombre.Muestra

 El nombre de Dios.

Existe un gran desconocimiento en relación a quien es Dios, esto inicia desconociendo que Él tiene un nombre y que este es tan sublime, poderoso y maravilloso que no debe ser tomado a la ligera. Trataré de resumirlo porque este es un tema sumamente extenso y profundo.

La Palabra nos dice en el libro de Éxodo 20:7 “No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.” Vemos entonces que el Nombre (mayúscula porque se denota que se refiere a la Deidad de deidades) no debe ser pronunciado en vano ni usarse para contiendas; lo interesante del  Tetragramaton, Yud-Hey-Vav-Hey (יהוה), (YHVH) que es el nombre de Dios usado en la Biblia Hebrea, es que este nombre, que algunos pronuncian como Yahvé y otros (la mayoría cristianos) como Jehová, es que  para quienes hemos aceptado a Cristo como Señor y Salvador, este poderoso ser cuyo nombre es impronunciable, pasa a ser llamado Padre cuando recibimos la revelación de su amor mediante el Espíritu Santo.

Si tenemos la revelación del Espíritu Santo entonces podremos evocar la ayuda del Señor de señores cuando oramos y podremos decirle Padre porque se nos ha revelado el gran amor que el Padre tiene para con nosotros que no escatimo ni a su propio Hijo para darnos la salvación y la vida eterna. Entremos confiadamente delante del Trono de la gracia para alabar a nuestro Padre, oremos:

Amado Padre, Dios eterno, sublime y maravilloso; sabemos que tu Nombre es Excelso, Admirable, Rey de reyes, Señor de Señores; que con solo conocer tu Nombre suceden cosas poderosas en nuestra vida y que, cuando se nos revela quién eres por medio de tu Santo Espíritu, somos libres del temor de estar delante de ti porque pagaste un alto precio para darnos libertad, en este día te damos las gracias por ese inmenso amor el cual no merecemos pero que nos has dado; en el nombre de Cristo Jesús, amén.