La confianza en Dios prevalece sobre el temor Muestra
Si son destruidos los fundamentos, ¿qué puede hacer el justo? – Parte II
Los fundamentos (la palabra de Dios) son la base para la toma de decisiones del creyente cristiano. Si el creyente, en medio de una cultura que ha perdido los fundamentos, pierde la guía de estos, entonces está condenado a vivir por la misma norma relajada con que vive el mundo y a experimentar el mismo final. Entonces, tiene mucho qué temer. “Los fundamentos, sean personas o principios, siempre son importantes. El diablo trata de destruirlos; si puede destruir la confianza en las Escrituras o la dependencia de Dios, o si puede cegar a los creyentes a las realidades espirituales, logra debilitar la iglesia y anular su impacto en la sociedad” (Comentario Bíblico Mundo Hispano).
Vivimos en un mundo en decadencia, con la moral cada vez más relajada. Este es un mundo secularizado en el que la palabra de Dios ha dejado de ser una guía infalible e inerrable. Sin embargo, ante la relatividad de la moralidad actual, la Biblia sigue levantándose como una referencia para ordenar y guiar en la vida.
Ahora, cuando las bases mismas (espirituales, morales y éticas) se vienen abajo, ¿qué puede hacer la persona justa? Escuchemos al salmista en el versículo 4: "El Señor está en su santo templo; el Señor tiene en el cielo su trono; sus ojos observan, sus párpados examinan a los hijos de los hombres". Dios está observando todo lo que ocurre en el mundo (sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres), y Él está probando a los suyos (Jehová prueba al justo). Dios tiene el control del mundo y la historia del hombre, y Él llevará la historia hacia el desenlace que Él ha predeterminado. Y el único lugar seguro y confiable al que el justo puede dirigirse cuando los fundamentos en los que se apoya son destruidos es hacia Dios mismo.
Cuando se sacuden los fundamentos y usted desee esconderse, recuerde que Dios sigue llevando las riendas. Su poder no ha disminuido por el curso que hayan tomado los acontecimientos. Nada sucede sin su conocimiento ni su permiso. Cuando tenga ganas de salir huyendo, huya hacia Dios. Dios, finalmente, restaurará la justicia.
Acerca de este Plan
El temor es mal consejero, porque nos incapacita y destruye nuestra fe. El temor nos hace incapaces para enfrentar los retos y desafíos de la vida. Impide también que desarrollemos todo nuestro potencial. Por el contrario, podemos descansar en la confianza de que Dios tiene control de nuestras vidas, y que Él no permitirá que sucumbamos antes nuestros enemigos, circunstancias adversas y peligros. Dios es más que suficiente.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/