La confianza en Dios prevalece sobre el temor Muestra
Si son destruidos los fundamentos, ¿qué puede hacer el justo? – Parte I
El salmista hace una pregunta muy relevante y pertinente para estos tiempos: Si son destruidos los fundamentos, ¿qué puede hacer el justo?
Seguir confiando en Dios es la respuesta. Si la sociedad se seculariza y se corrompe, y la gente abandona el fundamento de Dios, no por eso Dios deja de ser Dios. Por lo tanto, no es tiempo para huir. Es un tiempo para pararse y confrontar la maldad, es un tiempo para confiar en Dios y prevalecer tomado de la mano de Dios, como lo expresa el Rey David: “En Jehová he confiado; ¿cómo decís a mi alma, que escape al monte cual ave?”.
Podemos confiar en Dios, no importa lo que enfrentemos. Podemos pararnos sobre la verdad de la palabra de Dios - el fundamento más firme que hay -, que ha demostrado que es infalible e inerrable, como guía para enfrentar cualquier circunstancia. No hay problema ni circunstancia para los que la palabra de Dios no tenga respuesta.
Ahora, estar firme sobre el fundamento de la palabra de Dios no implica que no vamos a sufrir o experimentar injusticias; lo que sí significa es que, en Dios, bajo la guía de su palabra y su accionar en nuestras vidas, vamos a salir airosos y vencedores. La Biblia nos es dada para tener una guía segura y confiable para vencer sobre todo obstáculo y problema.
Dios no le da una garantía de inmunidad contra el sufrimiento y las adversidades a sus hijos; Él no evitará que los justos tengan circunstancias difíciles y experimenten vicisitudes, sino que pone a prueba tanto al justo como al malvado. Pero para los creyentes, las pruebas son una oportunidad para el crecimiento. Así lo expresa la carta de Santiago: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Santiago 1:2-4).
Acerca de este Plan
El temor es mal consejero, porque nos incapacita y destruye nuestra fe. El temor nos hace incapaces para enfrentar los retos y desafíos de la vida. Impide también que desarrollemos todo nuestro potencial. Por el contrario, podemos descansar en la confianza de que Dios tiene control de nuestras vidas, y que Él no permitirá que sucumbamos antes nuestros enemigos, circunstancias adversas y peligros. Dios es más que suficiente.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/