[Serie Certeza en la Incertidumbre] En tiempos vacíos: Llénate de CristoMuestra

 Cuando la quietud revela el vacío interior

Los tiempos y los períodos difíciles ponen las cosas en perspectiva y abren nuestros ojos a lo que es esencial y a lo que no. Cuando las cosas escapan de nuestro "control", de alguna manera descubrimos que, en realidad, no estaban bajo nuestro control. Una vez que todo lo que puede ser sacudido en nuestras vidas es sacudido, despertamos y nos damos cuenta de que lo que parecía una pesadilla es en efecto, la realidad en la que nos encontramos ahora.

Durante esta inquietante pandemia, estamos rodeados por calles vacías, aviones vacíos, estantes de supermercado vacíos, restaurantes vacíos, escuelas y universidades... ¡Incluso Times Square está desierta! El mercado de valores se desplomó, el precio del petróleo bajó (¡por debajo de cero!), y la gente está perdiendo su trabajo tan rápido como se anuncia el número de personas infectadas.

Distracciones que llenan nuestras vidas y que nos hacen sentir llenos, se desvanecen en el aire, nos vemos obligados a enfrentar el vacío dentro de nuestras vidas. Nos damos cuenta de que no sabemos cómo estar quietos. Hemos aprendido a mantenernos ocupados para no sentir ni abordar el dolor subyacente, los traumas y las cuestiones no resueltas que tan arduamente tratamos de ocultar. Hemos vivido en tantos excesos que no sabemos cómo vivir con poco, o con lo suficiente - ¡algunas personas necesitan 50 rollos de papel higiénico para sentirse seguras! 

Estos extraños días de distanciamiento social nos obligan a quedarnos quietos y revelan un profundo vacío que sólo puede ser lleno con Cristo. Por favor, no desperdicies esta oportunidad. Aprovecha este tiempo y úsalo para crecer. Quédate quieto y reconoce tu vacío. Examínate a ti mismo. Permite que este vacío te muestre lo que está siendo sacudido. Aprende a distinguir la diferencia entre las cosas de tu vida que pueden ser sacudidas y las que nunca lo serán. Hay una gran plenitud a ser experimentada en medio del vacío. Sólo podremos ser llenos, una vez que reconozcamos nuestro vacío. Confía en la plenitud de Cristo mientras tu vacío es revelado.

Ora

Señor, me siento vacío y con miedo. ¡Por favor, lléname! Entrego mi vida y las circunstancias bajo Tu control. ¡Mientras todo a mi alrededor está siendo sacudido, elijo no temer! Estaré quieto en Tu presencia y reconoceré que Tú eres Dios. ¡Tú eres mi pronto auxilio en medio de las dificultades!