Apropiándonos de la fortaleza de DiosMuestra

¿Cree usted que Dios es la fuente de su vida y de su sustento?

Podemos creer que Dios es capaz de suplir y dar, pero al mismo tiempo no saber o no haber aprendido como recibir. Es importante saber que Dios está dispuesto a darnos todo lo que necesitamos; pero también necesitamos aprender a recibir. Y allí es donde más fallamos.

Dios tiene toda la fuerza que necesitamos, pero necesitamos aprender a tomar de Él. La madre da la leche al bebé, pero el pequeño tiene que recibirla. 

¿Cómo, entonces, apropiarnos de la fuerza de Dios?

La inyección de fortaleza depende de 2 cosas: 

• El conocimiento que tenemos de que Dios representa la fuente de nuestra fortaleza, y de que está dispuesto a darla.
• El que usted aprenda a recibir, a tomar de Él.

Dios tiene todo lo que usted necesita y está dispuesto a dárselo, pero sólo si usted está dispuesto a recibirlo. Y eso fue lo que hizo Abraham, estuvo dispuesto a recibirlo; y tomó de Dios, tal como lo expresa Romanos 4:18-22:”…sino que se fortaleció en fe…”. La palabra fortaleció es la palabra griega Endunamoo: dar fuerza, apoderarse, apropiarse, hacer suyo. Abraham se apropió de la fuerza de Dios.

Un requisito previo para que usted pueda recibir la fuerza que Él tiene para darle, es que usted sienta y reconozca la necesidad de esa fuerza, y aprenda a tomar de ÉL.

Abraham tenía muchas dudas, vacilaciones y agotamiento después de 25 años de espera. Fue una prueba muy difícil para su fe, pero el fue capaz de reconocer el poder de Dios, y tomar de Él.

Muchos creyentes cristianos se pueden sentir como se sintió Abraham, después de años de lidiar con una enfermedad, o carencia económica, o adversidad prolongada en el tiempo. 

Pero Dios conoce nuestras necesidades, así conocía la necesidad y las circunstancias de Abraham, y contaba con recursos más que suficientes para suplir su necesidad. Abraham reconoció su incapacidad y su falta de suficiencia para resolver su situación, y al mismo tiempo reconoció que Dios era más que suficiente para satisfacer sus necesidades, por difíciles que fueran sus circunstancias.