Igual a míMuestra

Correr tras el viento suena agotador, ¿no es así? Pareciera como mucho esfuerzo sin ninguna garantía de tener éxito. Eso es exactamente como se siente cuando elegimos perseguir lo que otros tienen. Es agotador porque siempre habrá alguien con más cosas, más talento, más dinero, más inteligencia, más capacidad atlética, más... todo. En otras palabras, ¿esa lista de las cosas que queremos que otros tienen? Ella nunca desaparecerá. 

La buena noticia es que no tenemos que seguir persiguiendo, seguir corriendo o seguir viviendo de esta forma. Podemos elegir estar satisfechos con lo que Dios nos ha dado y encontrar paz. Hoy, cuando sientas que la comparación empieza a crear infelicidad, recuerda que Dios no te creo para que persigas al viento. Él te creo para que lo persigas a Él y ¡Él se merece que lo persigan!