Igual a míMuestra
Nuestras palabras son poderosas. A veces nos sentimos tentados de usar nuestras palabras para hablar mal de los demás con el objetivo de hacernos quedar bien a nosotros mismos. Esto puede ser especialmente tentador cuando nos comparamos nosotros con los demás, cuando los miramos y no sentimos que estamos a la altura. Pero este concepto no es bueno para nosotros, y no es bueno para la persona en el otro lado de nuestra comparación.
Entonces en vez de llorar y comparar, intentemos decir algo que haga sentir bien a la otra persona. Hacer sentir bien a alguien más no solo es bueno para ellos; esto nos da una dosis de confianza a nosotros mismos. Cuando vemos lo mejor de las demás personas y lo mencionamos, esto nos ayuda a ver lo mejor de nosotros también. Y es agradable para Dios.
Escrituras
Acerca de este Plan
Todos tenemos la tendencia de entrar a una habitación haciendo preguntas como "¿Quién es como yo?" o "¿Quién es mejor que / peor que / diferente que yo?" Como veremos en este devocional de 21 días, la comparación no solo evita que nos queramos los demás, ¡también nos impide poder querernos a nosotros mismos! Y cuanto más nos alejemos de la comparación, más descubriremos: "No hay nadie como yo".
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Nos gustaría agradecer a reThink Group por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://orangestudents.com