Dios Siempre Está Con NosotrosMuestra
Dios, nuestra Roca
En uno de sus sermones, el gran predicador británico, Charles Spurgeon dijo la siguiente frase: “Yo tiemblo, pero la roca no se mueve.” Su expresión apunta a dos lugares distintos, uno es nuestro yo, el otro nuestro Dios. Si solo nos tuviésemos a nosotros, ¡qué tragedia! Estaríamos sujetos a un mar de olas interminables que sacudirían nuestras vidas de lado a lado, inmisericordes. Lo extraordinario y confortante es que en medio de ese mar se alza una roca gigantesca que nada ni nadie la puede mover. Por eso, aunque tiemble nuestra alma por nuestra propia debilidad, por nuestras luchas y pruebas, podemos acudir continuamente a la roca de nuestra salvación. Por eso el salmista oraba al Padre pidiéndole que lo llevara a la Roca que era más alta que él. Sal. 61:2
Cuando miramos a nuestro alrededor nos percatamos de la inestabilidad de nuestro mundo, de cómo deambula en medio de la arena movediza que hay bajo sus pies. El mundo anda en una continua búsqueda de verdades, estilos, filosofías, religiones, doctrinas, ideologías que añaden cada vez más insensatez a sus caminos. Su fe y sus esperanzas están puestas sobre las cosas que perecen y que jamás podrán dar paz y seguridad a su alma.
Nuestra Roca es perfecta, es fuerte, es eterna, y fuera de nuestro Dios no hay roca que nos pueda servir de refugio y fortaleza. 2 Sa. 22:32 Podemos descansar en la verdad reconfortante de que nuestra Roca es inconmovible y siempre tiene espacio para todo aquel que acuda a recibir refugio y fortaleza en ella.
Vers. Sal. 61:2; Deut. 32:31; 2 Sam. 22:32
Oración
Amado Dios, tú eres mi Roca fuerte, la roca de mi salvación. En ti recibo dirección, y mi vida puede cimentarse sobre tu verdad. Ayúdame a tener siempre la libertad y la confianza de acudir a ti continuamente en la certeza de que tú me ayudas y me sostienes. En el nombre de Jesús, amén.
Acerca de este Plan
Recurrir a Dios en nuestro diario vivir es vital para el fortalecimiento de nuestra fe. Los compromisos y las agendas cargadas, no nos ayudan a mantener nuestros ojos en Jesús, y es probable que nos sintamos lejos, con la vista opacada y nuestros sentidos espirituales afectados. Es bueno que nos detengamos para recordar lo maravilloso que es tener a Dios siempre con nosotros.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://facebook.com/Grettchen-Figueroa